Coral Nieto García
Creación del orden dentro del
caos, ¿o viceversa?
Espectros de Artaud. Lenguaje
y arte en los años cincuenta.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Antoni Artaud, autor de la obra de Espectros, se revela con un
carácter modernista respecto a los artistas coetáneos de su época, abandonando
las estructuras convencionales. En ésta exposición se combinan diferentes
disciplinas artísticas: el cine, la pintura, salas sonoras, etc. En las cuales, desde el primer inicio se percibe la falta de cordura que denota la totalidad de la estancia, y profundizando y abarcado aun más en ella, es posible interpretar este montaje como un caótico
puzzle, que al fusionar todas sus piezas, se obtiene como producto final la
personalidad agresiva y excéntrica de este artista, y de todos aquellos que
posaron una especial atención en él.
Con tal solo dieciséis años es ingresado en un centro
psiquiátrico, acto que va a determinar toda su vida. Con una gran pluralidad de
estilos, Artaud va a dominar las técnicas del surrealismo, corriente en la que
va a perder toda cordura dejando de percibir los extremos, de lo real a
lo imaginario, de la vida a la muerte y del pasado al futuro.
Posteriormente, va a indagar en otro tipo de representaciones artísticas, el
teatro, en ésta inclusión va a mostrar un espíritu agresivo y, va a emprender
un camino en busca del impacto violento ante el espectador. En ella libera
plenamente al subconsciente quien se revela ante toda razón.
Posteriormente, Artaud viajó a la India donde abusó de hongos
alucinógenos que le causaron un gran desequilibro mental. Su trayectoria
artística está marcada por el fracaso y el rechazo social, será sometido a
terapias con electrochoque que le provocarán un estallido racional, perdiendo
totalmente la cordura, e intentará exteriorizar todo signo de angustia dando un
paso más allá del lenguaje habitual, tanto en el sentido oral como en el
escrito, a base de sonidos extravagantes en los que emplea elementos incoherentes
y, un tanto primitivos, a causa de una voluntad de querer romper con el canon preestablecido
de la época. A este artista le maravillaba la idea de percibir la sonoridad de
las palabras, sintiendo su ritmo y su cuerpo interno.
Antoni Artaud causará tal impacto que muchos de los artistas de
diversas disciplinas van a optar por aferrarse a su estilo, adquiriendo un
relevante papel como modelo de la primera mitad del siglo XX. Dicha influencia
se exhibe en la exposición en una totalidad de trescientas obras,
manifestándose principalmente en Brasil con la poesía concreta y
geometría expresiva como muestra Lygia Clark , en EEUU con las famosas
vanguardias de John Cage , y en París donde surge el movimiento
letrista, el cual se centra en el valor sonoro de las palabras perdiendo la
atención de su significado, tal y como lo concibe François Dufrêne.
El conjunto de estas corrientes son las que bañan las salas de la
exposición, donde las grabaciones de pacientes psiquiátricos nos atormentan con
sus voces y nos alinean en su propio contexto .Las paredes anuncian nuevos
lenguajes, y películas como la de Isidore Isou, Tratado de baba y eternidad,
anuncian la era de un nuevo cine.
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