miércoles, 7 de noviembre de 2012

Creación del orden dentro del caos, ¿o viceversa?


Coral Nieto García
Creación del orden dentro del caos, ¿o viceversa?

Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Antoni Artaud, autor de la obra de Espectros, se revela con un carácter modernista respecto a los artistas coetáneos de su época, abandonando las estructuras convencionales. En ésta exposición se combinan diferentes disciplinas artísticas: el cine, la pintura, salas sonoras, etc. En las cuales, desde el primer inicio se percibe la falta de cordura que denota la totalidad de la estancia, y profundizando y abarcado aun más en ella, es posible interpretar este montaje como un caótico puzzle, que al fusionar todas sus piezas, se obtiene como producto final la personalidad agresiva y excéntrica de este artista, y de todos aquellos que posaron una especial atención en él.
  Con tal solo dieciséis años es ingresado en un centro psiquiátrico, acto que va a determinar toda su vida. Con una gran pluralidad de estilos, Artaud va a dominar las técnicas del surrealismo, corriente en la que va a perder toda cordura dejando de percibir  los extremos, de lo real a lo  imaginario, de la vida a la muerte y del pasado al futuro.  Posteriormente, va a indagar en otro tipo de representaciones artísticas, el teatro, en ésta inclusión va a mostrar un espíritu agresivo y, va a emprender un camino en busca del impacto violento ante el espectador. En ella libera plenamente al subconsciente quien se revela ante toda razón.  
Posteriormente, Artaud viajó a la India donde abusó de hongos alucinógenos que le causaron un gran desequilibro mental. Su trayectoria artística está marcada por el fracaso y el rechazo social, será sometido a terapias con electrochoque que le provocarán un estallido racional, perdiendo totalmente la cordura, e intentará exteriorizar todo signo de angustia dando un paso más allá del lenguaje habitual, tanto en el sentido oral como en el escrito, a base de sonidos extravagantes en los que emplea elementos incoherentes y, un tanto primitivos, a causa de una voluntad de querer romper con el canon preestablecido de la época. A este artista le maravillaba la idea de percibir la sonoridad de las palabras, sintiendo su ritmo y su cuerpo interno.
Antoni Artaud causará tal impacto que muchos de los artistas de diversas disciplinas van a optar por aferrarse a su estilo, adquiriendo un relevante papel como modelo de la primera mitad del siglo XX. Dicha influencia se exhibe  en la exposición en una totalidad de trescientas obras, manifestándose  principalmente en Brasil con la poesía concreta y geometría expresiva como muestra Lygia Clark , en EEUU con las famosas vanguardias de John Cage ,  y en París donde surge el movimiento letrista, el cual se centra en el valor sonoro de las palabras perdiendo la atención de su significado, tal y como lo concibe François Dufrêne. 
El conjunto de estas corrientes son las que bañan las salas de la exposición, donde las grabaciones de pacientes psiquiátricos nos atormentan con sus voces y nos alinean en su propio contexto .Las paredes anuncian nuevos lenguajes, y películas como la de Isidore Isou, Tratado de baba y eternidad, anuncian  la era de un nuevo cine.

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