viernes, 9 de noviembre de 2012

PALABRAS COLGADAS DE LA PARED



Concepción Balmaseda Gómez-Cabrero

Charles Sandison. Nature Morte. Galería Max Estrella. Madrid.



Antes de ver su obra terminada, Charles Sandison primero debe trabajar preparando complicados programas a partir de algoritmos matemáticos. Son imágenes generadas por ordenador que antes de convertirse en una propuesta visual, han sido comandos integrados en un software creado por el propio artista.
La utilización de la tecnología en al arte es una tentación extremadamente atractiva para buscar nuevas propuestas. Wolf Vostell presentó su primera obra que incorpora un televisor en 1963, pero antes, en 1953, cuando el informalilsmo y el expresionismo abstracto eran las corrientes artísiticas que presidían el momento, se realizó en el Sanford Museum de Cherokee, una muestra de gráficos generados por una máquina electrónica. Los principales iniciadores del arte digital son Robert Mallary, Jhon Landsown, Friede Nake y Charles Csurl, que está considerado como el impulsor de la animación computada. En 1964 creó el primer ordenador de arte.
Charles Sandison continúa por esta línea de aplicación tecnológica y crea en la instalación de la sala Max Estrella, un universo en continuo movimiento, de palabras, signos, conceptos y puntos que forman frases. El observador tiene la sensación de encontrarse en el interior de una disolución química a escala microscópica y que él es una de las moléculas que siguen el movimiento browniano, caótico y silencioso, donde las otras partículas son palabras que evolucionan de distintas formas, a veces creando frases, otras de forma independiente.
El lenguaje es el producto final de la evolución y ahí estamos incluidos nosotros.  De hecho, al espectador le resulta inevitable moverse, para poder contemplar la proyección desde distintos puntos de vista. Desde ese momento, nos convertimos en parte de la obra.  En la pieza central de la exposición, The Birth of Language, donde las letras y palabras proyectadas se salen del propio recinto invadiendo el adyacente, quién entra pasa a formar parte de la composición.
La programación lanza palabras elegidas en un 50% de forma aleatoria, y el otro 50% lo hace siguiendo una pauta premeditada, por lo que resulta complicado encontrar sentido a lo que aparece escrito. Es cuestión de paciencia. La elección que hace Sandison de los textos (del 50% predeterminado) en la instalación de Max Estrella, trata del origen del hombre y de las especies, aparecen frases desmigajadas de la Biblia y del manifiesto comunista de Marx, letras de la primera línea del genoma humano, junto con palabras que forman una calavera (versos escritos en una calavera usada como copa de vino de Lord Byron) que implosiona hasta formar el huevo cósmico que vuelve a expandirse en un nuevo big bang, creando el ciclo del universo pulsante, es todo en conjunto, una invitación a la reflexión. Una prueba de que el arte conceptual, también se puede hacer huyendo de la sencillez y cuidando al máximo cada detalle puramente formal. El resultado es estimulante y estéticamente espectacular.
El propio autor dice de si mismo en una entrevista que le hizo el crítico checo Pavel Bücher: “mi trabajo consiste literalmente en colgar palabras de la pared”. Ciertamente, y lo hace de forma difícil de olvidar.



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