lunes, 3 de diciembre de 2012

"Nous voulons la vie èternelle"

       Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta
       Museo Reina Sofía, Madrid
       Marta del Castillo Bravo

“Nous voulons la vie èternelle”, así se traduce uno de los cuadros letristas de Maurice Lemaitre (Canallas IV) que componen la exposición de “Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta”, en el Museo Reina Sofía de Madrid. Y qué razón. Pese a no conocer a ninguno de los artistas allí representados, incluso no conocer la vida y obra de Antonin Artaud, uno termina la exposición como si hubiera retrocedido sesenta años atrás y entendiera de primera mano todo el movimiento originado a raíz de la figura de Artaud. Aunque, hay que reconocer, que la exposición se decanta muchísimo más por los artistas franceses que por los estadounidenses y los brasileños, a los que dedica a cada uno poco más de una sala. Desde el primer momento uno ya se da cuenta de que allí dentro habrá poco de racional, puesto que nada más pisar la sala se comienzan a escuchar los gritos de fondo de Gil Wolman o de Maurice Lemaitre mientras se lee detenida y concienzudamente las palabras de Artaud en lo referente a la medicina y el rechazo a sus prácticas, las cuales, según éste, conducen al “estado del Bardo” o charco, una metáfora referida al estado del “no-yo”, es decir, la erradicación de la propia persona. Por si el desconcierto es poco, los cuadros y dibujos que se exponen de Gabriel Pomerand, de Isidore Isou y del ya mencionado Maurice Lemaitre, por una parte recuerdan a dibujos infantiles, y por otra, se asemejan a símbolos o jeroglíficos, y la primera reacción frente a éstos es de “me están tomando el pelo”. Frente a todo este “caos” irracional, si se tiene buen ojo, uno puede hasta divertirse intentando descifrar el código de los cuadros de Lemaitre, entretenerse con los dibujos de Isou de los episodios Antiguo Testamento, encontrar sentido a las formas humanas de los cuadros de Pomerand o descubrir la numerosas alusiones al miembro masculino en los dibujos de Artaud y en algunos otros cuadros de los artistas ya mencionados. Gracias a los carteles de la exposición (me da que sin ellos no se entendería nada) deducimos que éstos artistas pertenecen al movimiento letrista, movimiento vanguardista de posguerra, y que éste no sólo se dio en la disciplina de la pintura, sino que la exposición muestra su influencia en el cine (películas con duración de hora y media, como la que al principio se muestra de Isidore Isou, Lemaitre, Gil Wolman y François Dufrene), que a su vez fue influenciado por las palabras de Artaud: “Por mucho que lo intentemos, el oído siempre oirá el sonido de la sala, mientras que el ojo percibe lo que sucede en la pantalla en un lugar distinto de la sala”, y que, por deducción, pretende la separación del sonido de la imagen. Al margen de todo el movimiento francés, la influencia de Artaud en EE.UU se representa bastante mal en la exposición, puesto que hay mucha escenografía montada pero muy pocos carteles alusivos a ésta, y en Brasil sólo se deduce la influencia de Artaud con respecto a la práctica de los tratamientos psiquiátricos y un movimiento llamado “poesía concreta”. Personalmente, la exposición ganaría más si hubiera estado dedicada exclusivamente al movimiento francés, puesto que hay demasiada información en poco espacio. 

martes, 27 de noviembre de 2012

TEMAS DEL CURSO Y BIBLIGRAFÍA.

1)      La obra de arte.
2)      El artista.
3)      La historia del arte.
4)      Crítica de arte.
5)      Estética y Teoría del Arte.
6)      El Museo.
7)      Galería, feria de arte y bienales.
8)      Medios de comunicación y experiencia estética.
9)      Técnica y política: la disolución del aura.
10)  Belleza y lo sublime.
11)  Lo feo y lo siniestro.
12)  El humor y la melancolía.
13)  En torno a la muerte de la pintura.
14)  Huellas fotográficas.
15)  Cuerpo performativo.
16)  Arte y enfermedad.
17)  La violencia contemporánea y el horror descomunal.
18)  La mirada de la Gorgona.
19)  El fenómeno catártico.
20)  Simulacros en la globalización: la inflexión postmoderna.

Bibliografía principal.


JIMÉNEZ, José: Teoría del arte, Ed. Tecnos, Madrid, 2002.

BURKE, Peter: Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico, Ed. Crítica, Barcelona, 2005.
CLAIR, Jean: Elogio de lo visible, Ed. Seix Barral, Barcelona, 1999.
DEBRAY, Regis: Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente, Ed. Paidós, Barcelona, 1994.

DE LA FLOR, Fernando R.: Giro Visual, Ed. Delirio, Salamanca, 2009.
KAPROW, Allan: La educación del des-artista, Ed. Ardora, Madrid, 2007.
MELOT, Michel: Breve historia de la imagen, Ed. Siruela, Madrid, 2010.

SONTAG, Susan: “Un argumento sobre la belleza” en Al mismo tiempo. Ensayos y conferencias, Ed. De Bolsillo, Barcelona, 2008.


Bibliografía general.

ADORNO, Theodor W.: Teoría estética, Ed. Taurus, Madrid, 1980.
ARDENNE, Paul: Un arte contextual. Creación artística en medio urbano, en situación, de intervención, de participación, Ed. CendeaC, Murcia, 2006.
BADIOU, Alain: Pequeño manual de inestética, Ed. Prometeo, Buenos Aires, 2009.
BAJTIN, Mijail: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, Ed. Alianza, 1987.
BAL, Mieke: Conceptos viajeros en las humanidades. Una guía de viaje, Ed. CendeaC, Murcia, 2009.
BAXANDALL, Michael: Modelos de intención. Sobre la explicación histórica de los cuadros, Ed. Hermann Blume, Madrid, 1989.
BENJAMIN, Walter: “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” en Discurso interrumpidos I, Ed. Taurus, Madrid, 1982.
BENJAMIN, Walter: El origen del drama barroco, Ed. Taurus, Madrid, 1990.
BERGER, John: Algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible, Ed. Ardora, Madrid, 1997.
BERGER, John y Katya: Tiziano: ninfa y pastor, Ed. Ardora, Madrid, 1999.
BOURDIEU, Pierre: La distinción. Criterios y bases sociales del gusto, Ed. Taurus, Madrid, 1988.
BOURDIEU, Pierre: El sentido social del gusto. Elementos para una sociología de la cultura, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2010.
BOYLE, David: Authenticity. Brands, Fakes, Spin and the Lust for Real Life, Ed. Harper Perennial, Londres, 2004.
BÜRGER, Peter: Teoría de la vanguardia, Ed. Península, Barcelona, 1987.
CAMNITZER, Luis: De la Coca-Cola al Arte Boludo, Ed. Metales Pesados, Santiago de Chile, 2009.
CLAIR, Jean: De Inmundo, Ed. Arena, Madrid, 2007.
CROW, Thomas: La inteligencia del arte, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2000.
DAMISCH, Hubert: El desnivel. La fotografía puesta a prueba, Ed. La Marca, Buenos Aires, 2008.
DIDI-HUBERMAN, Georges: La imagen superviviente. Historia del arte y tiempo de los fantasmas según Aby Warburg, Ed. Abada, Madrid, 2009.
DUBOIS, Philippe: El acto fotográfico, Ed. La Marca, Buenos Aires, 2008.
DUTTON, Dennos: El instinto del arte. Belleza, placer y evolución humana, Ed. Paidós, Barcelona, 2010.
FONTCUBERTA, Joan: La cámara de Pandora. La fotografí@ después de la fotografía, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2010.
FOSTER, Hal: Diseño y delito, Ed. Akal, Madrid, 2004.
EAGLETON, Terry: La estética como ideología, Ed. Trotta, Madrid, 2006.
ECO, Umberto: Historia de la belleza, Ed. Lumen, Barcelona, 2004.
ECO, Umberto: Historia de la fealdad, Ed. Lumen, Barcelona, 2007.
HEIDEGGER, Martin: Arte y Poesía, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1958.
GIEDION, Sigfried: El presente eterno. Los comienzos del arte, Ed. Alianza, Madrid, 1985.
GOMBRICH, E.H.: Meditaciones sobre un caballo de juguete. Y otros ensayos sobre la teoría del arte, Ed. Debate, Madrid, 1988.
GONZÁLEZ GARCÍA, Ángel: Arte y terror, Ed. Mudito & Co., Barcelona, 2008.
GRUZINSKI, Serge: La guerra de las imágenes. De Cristóbal Colón a “Blade Runner” (1492-2019), Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1994
GUILBAUT, Serge: Los espejismos de la imagen en los lindes del siglo XXI, Ed. Akal, Madrid, 2009.
JAKOB, Michael: El jardín y la representación, Ed. Siruela, Madrid, 2010.
JAMESON, Fredric: El giro cultural. Escritos seleccionados sobre el posmodernismo 1983-1998, Ed. Manantial, Buenos Aires, 1999.
JAY, Martin: Ojos abatidos. La denigración de la visión en el pensamiento francés del siglo XX, Ed. Akal, Madrid, 2007.
JAY, Martin: Cantos de experiencia. Variaciones modernas sobre un tema universal, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2009.
JENKINS, Henry: Convergence Cultura. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación, Ed. Paidós, Barcelona, 2008.
JENKINS, Henry: Fans, blogueros y videojuegos. La cultura de la colaboración, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2009.
KLIBANSKY, Raymond, PANOFSKY, Erwin y SAXL, Fritz: Saturno y la melancolía, Ed. Alianza, Madrid, 1991.
KRAUSS, Rosalind: Lo fotográfico. Por una teoría de los desplazamientos, Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2002.
MARCHÁN FIZ, Simón: La disolución del clasicismo y la construcción de lo moderno, Ed. Universidad de Salamanca, 2010.
MARCUSE, Herbert: La dimensión estética, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 2007.
MITCHELL, W.J.T.: Teoría de la imagen, Ed. Akal, Madrid, 2009.
MOXEY, Keith: Teoría, práctica y persuasión. Estudios sobre la historia del arte, Ed. Serbal, Barcelona, 2004.
ORTEGA Y GASSET, José: La deshumanización del arte, Ed. Espasa-Calpe, Madrid, 1997.
PADEL, Ruth: A quienes los dioses destruyen. Elementos de la locura griega y trágica, Ed. Sextopiso, Madrid, 2009.
PANOFSKY, Erwin: Sobre el estilo, Ed. Paidós, Barcelona, 2000.
PERNIOLA, Mario: El arte y su sombra, Ed. Cátedra, Madrid, 2002.
PERNIOLA, Mario: Enigmas. Egipcio, barroco y neobarroco en la sociedad y el arte, Ed. CendeaC, Murcia, 2005.
ROSENKRANZ, Karl: Estética de lo feo, Ed. Julio Ollero, Madrid, 1992.
ROSSET, Clément: Fantasmagorías, seguido de Lo real, lo imaginario y lo ilusorio, Ed. Abada, Madrid, 2008.
SALMON, Christian: Storytelling. La máquina de fabricar mentiras  formatear las mentes, Ed. Península, 2010.
SILVERMAN, Kaja: El umbral del mundo visible, Ed. Akal, Madrid, 2009.
SONTAG, Susan: Contra la interpretación, Ed. Seix Barral, Barcelona, 1984.
SONTAG, Susan: Ante el dolor de los demás, Ed. Alfaguara, Madrid, 2003.
SONTAG, Susan: La enfermedad y sus metáforas. El sida y sus metáforas, Ed. De Bolsillo, Barcelona, 2008.
STOICHITA, Víctor I.: La invención del cuadro. Arte, artífices y artificios en los orígenes de la pintura europea, Ed. Serbal, Barcelona, 2000.
STOICHITA, Victor I.: Simulacros. El efecto Pigmalión de Ovidio a Hitchock, Ed. Siruela, Madrid, 2006.
SZCZEKLIK, Andrzej: Catarsis. Sobre el poder curativo de la naturaleza y del arte, Ed. El Acantilado, Barcelona, 2010.
THORTON, Sarah: Siete días en el mundo del arte, Ed. Edhasa, Barcelona, 2010.
WYSS, Beat: La voluntad de arte. Sobre la mentalidad moderna, Ed. Abada, Madrid, 2010.
ZIZEK, Slavoj: Cómo leer a Lacan, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2008.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Arte apalabrada

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"Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta”
Antoine Marie Joseph Artaud comúnmente conocido como Antonin Artaud (Marsella, Francia, 4 de septiembre de 1896 - París, 4 de marzo de 1948) no contento con hacer brillantes sus obras en el mundo de la pintura; destaca también como un excelente poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor francés. No obstante, nos centraremos en esta ocasión en su obra “Lenguaje y arte en los años cincuenta” donde encontramos a un Artaud pintor junto con otra lista de artistas procedentes en su mayoría de Francia, Estados Unidos y Brasil. Algunos de ellos son: Isidore Isou, Yves Klein, Serge de Turville, Guy Debord… Aunque no todos ellos pertenezcan a las mismas fechas, pues fue Artaud el que influyó sobre los anteriormente citados; todos guardan una evidente relación con este arte letrista.
Este trabajo, expuesto en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, no dejará indiferente a nadie, ya sea por la rareza del lenguaje que utilizan los autores para expresar aquello que parecemos no oír con palabras, o por la falta de información producto del idioma en el que hablan los personajes de las proyecciones; francés.
Tenemos ante nosotros decenas de obras repartidas por varias salas, acompañadas siempre con un fondo de voces que hablan, como ya he mencionado anteriormente en la lengua natal de Artaud. Arranca con una pieza de audio, grabada por el propio Artaud, mientras que las siguientes salas están dedicadas al movimiento letrista, reflejado en las pinturas de estos artistas y en las proyecciones, pues se trata de películas de carácter letristas. No solo nos encontramos en esta exposición  proyecciones o pinturas, sino que estas vienen acompañadas de muchos otros géneros artísticos tales como cartas, folletos, revistas, fotografía y un largo etcétera.
Esta exposición no está compuesta solo por obras de Artaud, sino también de otros artistas que están relacionados entre sí, vinculados todos ellos, a los movimientos vanguardistas de mediados del siglo XX. Podemos ver la similitud de sus composiciones, en que en todas aparecen  inscripciones no solo en alfabeto latino, sino también elementos hebreos, arábigos, chino, la primitiva escritura cuneiforme, los jeroglíficos y muchos otros signos inventados que coexisten con las letras y las palabras generalmente escritas en francés, que encontramos en las exposiciones realizadas por los propios artistas.
El fin que ha intentado buscar Antonin Artaud, es acabar con los límites del lenguaje creando un nuevo tipo de escritura en muchas ocasiones inventadas con el mero objetivo de sustituir las palabras por símbolos, figuras, dibujos etc, a lo que llamamos movimiento letrista, creado por uno de los artistas que mayor importancia tiene en esta exposición; ese es Isidore Isou. Le consideramos uno de los más importantes, pues es el pionero de este movimiento del que todos se han ayudado para crear las decenas de obras por las que nos vemos envueltos en cuanto entramos por la puerta de esta sala del Museo de Arte de Reina Sofía.


viernes, 9 de noviembre de 2012

PALABRAS COLGADAS DE LA PARED



Concepción Balmaseda Gómez-Cabrero

Charles Sandison. Nature Morte. Galería Max Estrella. Madrid.



Antes de ver su obra terminada, Charles Sandison primero debe trabajar preparando complicados programas a partir de algoritmos matemáticos. Son imágenes generadas por ordenador que antes de convertirse en una propuesta visual, han sido comandos integrados en un software creado por el propio artista.
La utilización de la tecnología en al arte es una tentación extremadamente atractiva para buscar nuevas propuestas. Wolf Vostell presentó su primera obra que incorpora un televisor en 1963, pero antes, en 1953, cuando el informalilsmo y el expresionismo abstracto eran las corrientes artísiticas que presidían el momento, se realizó en el Sanford Museum de Cherokee, una muestra de gráficos generados por una máquina electrónica. Los principales iniciadores del arte digital son Robert Mallary, Jhon Landsown, Friede Nake y Charles Csurl, que está considerado como el impulsor de la animación computada. En 1964 creó el primer ordenador de arte.
Charles Sandison continúa por esta línea de aplicación tecnológica y crea en la instalación de la sala Max Estrella, un universo en continuo movimiento, de palabras, signos, conceptos y puntos que forman frases. El observador tiene la sensación de encontrarse en el interior de una disolución química a escala microscópica y que él es una de las moléculas que siguen el movimiento browniano, caótico y silencioso, donde las otras partículas son palabras que evolucionan de distintas formas, a veces creando frases, otras de forma independiente.
El lenguaje es el producto final de la evolución y ahí estamos incluidos nosotros.  De hecho, al espectador le resulta inevitable moverse, para poder contemplar la proyección desde distintos puntos de vista. Desde ese momento, nos convertimos en parte de la obra.  En la pieza central de la exposición, The Birth of Language, donde las letras y palabras proyectadas se salen del propio recinto invadiendo el adyacente, quién entra pasa a formar parte de la composición.
La programación lanza palabras elegidas en un 50% de forma aleatoria, y el otro 50% lo hace siguiendo una pauta premeditada, por lo que resulta complicado encontrar sentido a lo que aparece escrito. Es cuestión de paciencia. La elección que hace Sandison de los textos (del 50% predeterminado) en la instalación de Max Estrella, trata del origen del hombre y de las especies, aparecen frases desmigajadas de la Biblia y del manifiesto comunista de Marx, letras de la primera línea del genoma humano, junto con palabras que forman una calavera (versos escritos en una calavera usada como copa de vino de Lord Byron) que implosiona hasta formar el huevo cósmico que vuelve a expandirse en un nuevo big bang, creando el ciclo del universo pulsante, es todo en conjunto, una invitación a la reflexión. Una prueba de que el arte conceptual, también se puede hacer huyendo de la sencillez y cuidando al máximo cada detalle puramente formal. El resultado es estimulante y estéticamente espectacular.
El propio autor dice de si mismo en una entrevista que le hizo el crítico checo Pavel Bücher: “mi trabajo consiste literalmente en colgar palabras de la pared”. Ciertamente, y lo hace de forma difícil de olvidar.



jueves, 8 de noviembre de 2012

Objetivo: reflexión.


Irene García Real.

Jonathan Hernández, artista mexicano titulado en Artes Visuales de la Universidad Nacional Autónoma de México y arquitecto, nos presenta su última exposición, La reforma tiene muchas decenas de periódicos, pero ni un solo hombre, dotada de gran sentido crítico, en la galería La Caja Negra de Madrid.
Compuesta por un conjunto de varios montajes fotográficos y una pequeña escultura que representa el libro de Desobediencia Civil de Henry David Thoreau, alrededor del cual está ambientada la exposición, y del que Hernández obtuvo la frase que da título al conjunto, el artista pretende concienciar y hacer reflexionar a todo aquel que desee exponerse ante su obra, a través de imágenes fotográficas de personajes conocidos de nuestro día a día que aparecen mostrando sentimientos, obtenidas de periódicos.
Es frecuente la tendencia a idealizar a aquellas personas que admiramos, creándonos el espejismo de que nada les afecta y sometiéndolos en la mente a una apoteosis divina. En la actualidad mundial, la situación social, política y económica es inestable, y esto afecta sin excepciones a todo aquel individuo que viva en una sociedad, de una u otra manera. Incluso a esas personas que tendemos a divinizar. Hernández utiliza estas imágenes en que la vulnerabilidad del ser humano está presente, haciendo llegar al espectador a la conclusión de que esta crisis mundial es de todos: no sólo de los ciudadanos anónimos, también de los que gozan de la popularidad.
Los conflictos sociales se encuentran tan a la orden del día que ya no nos escandaliza la aparición en los medios de comunicación de guerras y violencia diariamente, incluso mostrando imágenes durísimas que personifican la muerte, alimentando así esa atracción por lo morboso tan característica del ser humano. No se les da la importancia que realmente se merecen estos sucesos, excepto cuando se ven cercanos. A veces es más fácil y cómodo ignorar.
Hernández ha trabajado durante años la crítica a la actualidad del momento en sus obras. A partir del libro de artista Vulnerabilia (ver llover) 2008-2012, nos permite echar un ojo y recordar la situación política, económica y social vivida entre estos años a partir de sus anteriores obras, dándonos la posibilidad de compararla con la que actualmente vivimos.
Si algo llama la atención, es crear composiciones en que políticos aparecen con un gran punto blanco alrededor de sus manos. Los políticos están ahí, en la mayoría de los casos, por haber sido elegidos. Es decir, tienen algo que convenció a la población de que tienen la capacidad para hacer de este, un mundo que merezca la pena. Sin embargo, muchos de ellos se lo han tomado como un juego: como si la bola del mundo fuera simplemente una pelota con la que jugar.   Estamos en sus manos, pero demuestran la poca seriedad que tienen, lo poco que les importa la ciudadanía, y la mucha importancia que le dan al dinero.
Por todas estas razones, el trabajo de Jonathan Hernández es de lo más oportuno y didáctico. Una buena manera de representar la actualidad desde un punto de vista reflexivo.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Creación del orden dentro del caos, ¿o viceversa?


Coral Nieto García
Creación del orden dentro del caos, ¿o viceversa?

Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía

Antoni Artaud, autor de la obra de Espectros, se revela con un carácter modernista respecto a los artistas coetáneos de su época, abandonando las estructuras convencionales. En ésta exposición se combinan diferentes disciplinas artísticas: el cine, la pintura, salas sonoras, etc. En las cuales, desde el primer inicio se percibe la falta de cordura que denota la totalidad de la estancia, y profundizando y abarcado aun más en ella, es posible interpretar este montaje como un caótico puzzle, que al fusionar todas sus piezas, se obtiene como producto final la personalidad agresiva y excéntrica de este artista, y de todos aquellos que posaron una especial atención en él.
  Con tal solo dieciséis años es ingresado en un centro psiquiátrico, acto que va a determinar toda su vida. Con una gran pluralidad de estilos, Artaud va a dominar las técnicas del surrealismo, corriente en la que va a perder toda cordura dejando de percibir  los extremos, de lo real a lo  imaginario, de la vida a la muerte y del pasado al futuro.  Posteriormente, va a indagar en otro tipo de representaciones artísticas, el teatro, en ésta inclusión va a mostrar un espíritu agresivo y, va a emprender un camino en busca del impacto violento ante el espectador. En ella libera plenamente al subconsciente quien se revela ante toda razón.  
Posteriormente, Artaud viajó a la India donde abusó de hongos alucinógenos que le causaron un gran desequilibro mental. Su trayectoria artística está marcada por el fracaso y el rechazo social, será sometido a terapias con electrochoque que le provocarán un estallido racional, perdiendo totalmente la cordura, e intentará exteriorizar todo signo de angustia dando un paso más allá del lenguaje habitual, tanto en el sentido oral como en el escrito, a base de sonidos extravagantes en los que emplea elementos incoherentes y, un tanto primitivos, a causa de una voluntad de querer romper con el canon preestablecido de la época. A este artista le maravillaba la idea de percibir la sonoridad de las palabras, sintiendo su ritmo y su cuerpo interno.
Antoni Artaud causará tal impacto que muchos de los artistas de diversas disciplinas van a optar por aferrarse a su estilo, adquiriendo un relevante papel como modelo de la primera mitad del siglo XX. Dicha influencia se exhibe  en la exposición en una totalidad de trescientas obras, manifestándose  principalmente en Brasil con la poesía concreta y geometría expresiva como muestra Lygia Clark , en EEUU con las famosas vanguardias de John Cage ,  y en París donde surge el movimiento letrista, el cual se centra en el valor sonoro de las palabras perdiendo la atención de su significado, tal y como lo concibe François Dufrêne. 
El conjunto de estas corrientes son las que bañan las salas de la exposición, donde las grabaciones de pacientes psiquiátricos nos atormentan con sus voces y nos alinean en su propio contexto .Las paredes anuncian nuevos lenguajes, y películas como la de Isidore Isou, Tratado de baba y eternidad, anuncian  la era de un nuevo cine.

martes, 6 de noviembre de 2012


EL ORO DEL MORO


Gloria García Herrero.
Prohibido cantar/no singing (obra didáctica sobre la fundación de una ciudad paradisíaca), Jordi Colomer. Sala: Abierto x Obras, El Matadero.
Jordi Colomer nos  hace una narración de la ciudad de la fundación de Eurofarlete, una ciudad imaginaria, que nos lleva a pensar en la futura ciudad de Euro vegas.
Para ello, recurre a un escenario sorprendente, como la sala frigorífica del Matadero, sin ventanas, oscura y manchada de negro por un incendio, creando un espacio híbrido tanto en el plano físico como mental, preparándote para la intriga.
Ya en el interior, te encuentras frente a 7 pantallas, que proyectan simultáneamente, cada una, un vídeo diferente, y lo repite, de repente, te encuentras en un paisaje desértico y azotada por un cierzo ruidoso, no sabes dónde empieza la historia, y confundida, miras todas a la vez, lo cual te desconcierta hasta que decides  seguir un orden.
Basándose en el proyecto de Gran Escala; una ciudad con 32 casinos, que debía atraer a 25 millones de visitantes y que no se construyó, Colomer filma 6 vídeos dónde los personajes representan diferentes y divertidas escenas en los mismos solares, en los Monegros.
¿Qué motivos nos llevan a construir esta ciudad?
Una ciudad de lata y cartón en la que juegan,  bailan los personajes  que no tienen dinero y que se esfuerzan por hacer cualquier negocio,  todo vale.”Hacer Nada a lo  que uno se pueda agarrar…” “Porque  hay demasiadas cosas…” 
La exposición no te deja indiferente,  aunque te sumerge en un panorama desolador,  el ingenio y  la simbología te hacen  reír.
Los escenarios inestables que se intentan sostener ante  un  viento que todo lo arranca, la exhibición y ventajas del amor,  la comida…la furgoneta, que mira por horas buscando lo posible y lo imposible, personajes que luchan por sobrevivir haciendo del engaño un espectáculo, el esfuerzo y la frustración del músico a quién nadie escucha… da igual el orden, al final todos te llevan a la misma conclusión,  acabamos conducidos  por caminos polvorientos e inhóspitos, como las ovejas por  el pastor.  
La sociedad actual está atravesando una gran crisis, tanto a nivel económico como social y político y podemos llegar  a pensar que cualquier negocio, ejemplo “Ciudad del Juego “nos puede dar esperanzas de renovar nuestra economía, los políticos se han disputado y esforzado por llevarse Eurovegas, tal inversión paliaría el paro en la comunidad de Madrid, para ello les han ofrecido terrenos de escaso valor ¿gratis? Si no se desvanece el proyecto, se sabrá, hoy por hoy no se puede dar crédito a las informaciones. Las expectativas que prometen el oro pueden acabar en la nada.
 Por otro lado, la sociedad española predominantemente católica no ve bien que los políticos lo  justifiquen, basándose en los puestos de trabajo que puede generar, ya que hace tambalear los valores  éticos y morales que sustentan el equilibrio de la iglesia y que debemos salvaguardar.

Esta crítica irónica y desenfadada nos hace reflexionar sobre la oferta de   Sheldon Adelson              me pregunto si es necesario aceptar capital de procedencia dudosa, sin comprometerse a nada, y fomentar el juego la prostitución, y quién sabe, drogas mafias corrupción…

martes, 16 de octubre de 2012

Crítica. Espectros de Antonin Artaud. Museo Reina Sofía.

Se podrían escribir páginas... pero
No quiero caer en repetir las mismas ideas y los mismos términos una y otra vez.
 
Una locura, aparentemente desordenada, de una complejidad conceptual impredecible… quizás ayudarían a describir la exposición de Artaud en el Reina Sofía. Pero, la verdad es, que muchas veces visitamos exposiciones incomprensiblemente (para nosotros) grandes, tremendamente complejas, en las que no podemos ni acercarnos a imaginar qué tipo de orden siguen, y que por descontado, nos parecen una locura, una marabunta irreconocible, incognoscible, inconmensurable para nosotros. Pero como he planteado al principio, la idea, en esta ocasión, no es redundar en torno a todo este, también desordenado cosmos, de términos que al final no expresan nada.
Lo cierto es, que la exposición es fácil de entender, si simplemente la recorres de arriba abajo empapándote de su esencia, porque al fin y al cabo, y tal y como aparece manifiestamente en el texto descriptivo que acompaña la muestra, la idea es reflejar la influencia de Artaud en diferentes manifestaciones artísticas de su tiempo, en torno a los años cincuenta.  Gran parte del mensaje que se lanza a través de las diferentes obras y artistas se puede interpretar y entender desde un plano intuitivo de nuestra consciencia, y en cierta medida pienso, que cuantas más vueltas se le da a la exposición, intentando encontrar un sentido claro, un objetivo determinado en su orden, más se aleja este de nosotros. La única pretensión de la muestra parece ser contrastar, y evidenciar la influencia de Artaud, al meter en un espacio unificado parte de la obra del francés, junto a otras manifestaciones contemporáneas, en las que deberíamos poder apreciar su influencia. El resultado es una exposición que puede resultar compleja, pero sólo tan compleja como queramos hacerla, puesto que el espectador es quién decide en qué modo accede a sus contenidos.
Los artistas provienen de tres panoramas diferentes: Francia, Estados Unidos y Brasil. Encontramos muy diversos medios de expresión artística. Encontramos también diferentes formas de trabajar, incluso en un mismo medio… y sin embargo sigue habiendo hilos conductores de la exposición, una serie de elementos con los que cada una de las obras expuestas tienen relación, estos son: la relación entre la obra y el espectador, la creación de un lenguaje artístico y/o visual nuevo, que dote de nuevos significados, y significantes a la obra, la relación entre el lenguaje y el cuerpo, la preocupación por las cuestiones esenciales de la vida… la preocupación por encontrar nuevos medios de expresión. En lo referente al lenguaje visual, todo esto se traduce en el empleo de signos y símbolos, también podríamos hablar de una tendencia “primitivista” en el modo de representación. Lo que a su vez nos hace plantearnos ¿qué es realmente la modernidad en el arte?
 
Victoria García

muerte y vida del lenguaje

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"Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta”
Antoine Marie Joseph Artaud comúnmente conocido como Antonin Artaud (Marsella, Francia, 4 de septiembre de 1896 - París, 4 de marzo de 1948) no contento con hacer brillantes sus obras en el mundo de la pintura; destaca también como un excelente poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor francés. No obstante, nos centraremos en esta ocasión en su obra “Lenguaje y arte en los años cincuenta” donde encontramos a un Artaud pintor junto con otra lista de artistas de su época procedentes en su mayoría de Francia, Estados Unidos y Brasil. Algunos de ellos son: Isidore Isou, Yves Klein, Serge de Turville, Guy Debord…
Este trabajo, expuesto en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, no dejará indiferente a nadie, ya sea por la rareza del lenguaje que utilizan los autores para expresar aquello que parecemos no oír con palabras, o por la falta de información producto del idioma en el que hablan los personajes de las proyecciones; francés.
Tenemos ante nosotros decenas de obras repartidas por varias salas, acompañadas siempre con un fondo de voces que hablan, como ya he mencionado anteriormente en la lengua natal de Artaud. Arranca con una pieza de audio, grabada por el propio Artaud, mientras que las siguientes salas están dedicadas al movimiento letrista, reflejado en las pinturas de estos artistas y en las proyecciones, pues se trata de películas de carácter letristas.
Esta exposición no está compuesta solo por obras de Artaud, sino también de otros artistas que están relacionados entre sí, vinculados todos ellos, a los movimientos vanguardistas de mediados del siglo XX. Podemos ver la similitud de sus composiciones, en que en todas aparecen  inscripciones no solo en alfabeto latino, sino también elementos hebreos, arábigos, chino, la primitiva escritura cuneiforma, los jeroglíficos y muchos otros signos inventados que coexisten con las letras y las palabras generakmente escritas en francés, que encontramos en las exposiciones realizadas por los propios artistas.
El fin que ha intentado buscar Antonin Artaud, es acabar con los límites del lenguaje creando un nuevo tipo de escritura en muchas ocasiones inventadas con el mero objetivo de sustituir las palabras por símbolos, figuras, dibujos etc, a lo que llamamos movimiento letrista, creado por uno de los artistas que mayor importancia tiene en esta exposición; ese es Isidore Isou. Le consideramos uno de los más importantes, pues es el pionero de este movimiento del que todos se han ayudado para crear las decenas de obras por las que nos vemos envueltos en cuanto entramos por la muerta de la sala.


Artaud y los sistemas de destrucción


Por Marcos Fernández Solís

Espectros de Artaud
Museo Reina Sofía


A las grandes guerras suelen seguir algunos años de optimismo en el bando vencedor: tras la primera guerra mundial vienen los felices años veinte; tras la segunda, los años de la verdadera era del bienestar americano, del apadrinamiento de Europa y de la nueva fe en la ciencia atómica y espacial. En este tiempo, el expresionismo abstracto y el suprematismo son aceptados y aclamados como el arte puro del momento. Pero toda corriente oficial da sombra a los ríos subterráneos que nutren el porvenir. En 1942 Isidore Isou comienza a darle vueltas al manifiesto del letrismo, cuya idea, si bien nace aparentemente lejos de la realidad a pie de trinchera de su tiempo, con los años y multitud de asociaciones artísticas toma cuerpo como fuerza transgresora y auspiciadora de la (semi)revolución social y cultural europea de los 60. La exposición del Reina Sofía retrata la expansión de la influencia letrista desde la poesía hacia otras disciplinas como la pintura, el cine o la música y la emparenta con las tesis totalizadoras y revolucionarias del gran Artaud, utilizado como punto de partida y referencia mediante dos grabaciones sonoras que abren y cierran la muestra clamando por un levantamiento de la enfermedad contra la medicina, contra una sociedad alienada y grotesca.

Isou y sus acólitos se habían encontrado con que el lenguaje estaba agotado: ya no había campo vacío que pisar; así Isou, en una de sus películas, compara su labor con la destrucción sistematizada de la belleza y “lo ordinario” por parte de Picasso en la pintura y de Alfred Jarry en la obra dramática; solo queda la crítica o la apología: la destrucción consciente de la imagen es su única capacidad de evolución. Con algunos métodos heredados del Dadá, del surrealismo y el futurismo, los letristas continuaban la cadena que llevaría al arte conceptual, pero aún con su categoría de vanguardia a la vieja usanza, buscando exhaustivamente sistematizar la representación, y con toda su férrea disciplina de movimiento con sus artistas aceptados y rechazados dentro del grupo. Entretanto, Pierre Boulez y John Cage, que se escribían de un lado al otro del Atlántico y hablaban de Artaud, parecían haber llegado a conclusiones y a necesidades similares en el campo de la música, al igual que el mismo Yves Klein o el grupo de artistas brasileños que también recoge la exposición, coetáneos de la doctora Nise da Silveira, representante allí de las nuevas ideas sobre el tratamiento de los enfermos mentales que eclosionarían en los 70, contra la psiquiatría del electroshock que Artaud sufriese. Se estaba fraguando toda una forma nueva de expresión y percepción; el mundo había caído en un orden aparente que había que dinamitar y volver a construir desde sus piezas más pequeñas, era necesario reeducar la percepción de la realidad para poder seguir adelante: nacía la revisión y la descontextualización y se inauguraba, para bien y para mal, la posmodernidad.

Al mismo tiempo, la muestra recoge un artículo simbólico: la Columbia editaba en 1958 un vinilo titulado Maurice Lemaitre présente Le Lettrisme, era el preludio del fin de uno de los últimos optimismos revolucionarios que hemos conocido, el anuncio de una era en la que lo subversivo se acabaría transformando en otro valor de venta.

Agridulce.


Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Laura Sánchez Crespo.


La exposición del Reina Sofía recopila el legado disperso en distintos países de Antonine Artaud en artistas variopintos de mediados del siglo XX, su manera de interpretar el surrealismo, el dadaísmo y el arte en sí mismo. Deja claro que la figura de Antonine Artaud con su prolífica producción en distintas facetas artísticas no pasó desapercibida, después de un profundo trabajo de investigación.
¡Y tan profundo! De hecho, no creo que se hayan dejado un rincón en el mundo sin investigar, porque la tercera planta del museo está repletita sala tras sala de cuadros, hojas, cartas, esculturas, grabaciones de voz, secuencias de fotos, fotos a secas, vídeos, películas, documentales...
En fin, que para mí, demasiada exposición.
No se trata de una queja de aburrimiento porque sí, es que no creo que semejante acumulación de arte e idiomas sea lo mejor para llegar al público, y me creo menos que alguien haya ido al Reina Sofía y en una sola tarde haya podido con Artaud y sus fantasmas. Las películas que se exponen no son cortas, y tampoco son pocas, y toda esa cantidad de textos para los que una no va normalmente preparada con diccionario ni traductor simultáneo... A mí en la segunda visita aún se me habían quedado salas por ver.
Creo que físicamente es imposible mantener un nivel de concentración e interés con el que sentirse a gusto para poder disfrutar del arte que se muestra, y que esto no es nada positivo en una exposición.

Pero por otra parte, relajando un poco mis palabras, no se puede negar la fuerza de lo que se expone.Se nos brinda la posibilidad de disfrutar con este arte provocativo y teñido de locura que lejos de desaparecer tras la II Guerra Mundial, perdura a través del tiempo; y no sólo llega a los años 50, sino que, si buscamos, también está en el arte del siglo XXI, porque una vez abiertas las puertas del subconsciente, y la locura, no hay manera de cerrarlas.
Y es que, esta no deja de ser una muestra completa, didáctica y estructurada de forma bastante coherente, por corrientes y temática artísticas, y permite un estudio detallado del arte de Artaud, y de los pedacitos que nos recuerdan a él en otros muchos artistas.
Así vemos que el lenguaje y sus símbolos cobran vida no sólo en su obra, sino también en la de Isidore Isou o Gil Wolman, que el hecho de incluir al espectador también está presente en las abruptas películas del syncinéma de Lemaître, y que el cuerpo que tanta importancia tenía para él, dibujará antropometrías de la mano de Yves Klein.
Además sí hay salas más dinámicas que las dignas de bostezo, ya bastante mencionadas, que te sorprenden y juegan con la misma incomodidad e incluso repulsión que Artaud buscaba provocar en su teatro de la crueldad.

Para quien se haya perdido, mi conclusión es que no puedo calificar Espectros de Artaud como un delito contra el interés, ni como algo completamente aburrido o excesivo, ni tampoco puedo alabar la exposición como si no hubiera visto nunca antes algo tan completo, porque  en ambos casos mentiría; así que, ante el regusto agridulce que me dejó en la boca, la única crítica posible también sabe agridulce. 

ARTAUD, EL ARTE DE-MENTE

Espectros de Artaud. Lenguaje y arte de los años cincuenta
David Arévalo

Después de haber ido a tres galerías en las que me encontré cosas que no me esperaba, pensaba que por fin vería cosas más normales, pero al entrar en la primera sala de la exposición de Artaud, me di cuenta que, como de costumbre, iba a ver algo de lo que no tenía ni idea. 
Artaud nació en Marsella, fue poeta, dramaturgo, ensayista, novelista, director escénico y actor.
Es autor de una vasta obra que explora la mayoría de los géneros literarios, utilizándolos como caminos hacia un arte absoluto y total. Ha ejercido una gran influencia en la historia del teatro mundial.

Realmente esta exposición no se centra en Artaud concretamente, sino en cómo ha influido a lo largo de los años en diferentes áreas profesionales (psicología, radio, teatro, cine, poesía, simbología) de diferentes lugares (Brasil, Francia, Estados Unidos).

La exposición en sí, no sólo son cuadros, son también audiciones y proyecciones de experimentos de personas en las que influyó Artaud. El artista francés rompe con los moldes e intenta crear algo nuevo, dar otra perspectiva a las cosas. Lo que más me gustó de la exposición fue una proyección que se veía prácticamente en negro, pero estaba subtitulado y te contaba la historia de lo que hizo Artaud en un cine. Durante la película les dijo a los espectadores de arriba que tiraran huevos a los de abajo, realmente lo que está creando con esto es un espectáculo dentro de otro espectáculo, algo que no se había hecho hasta esa época. Las diferentes proyecciones que hay te ayudan a entender un poco cómo era Artaud, y también te enseñan cómo la gente se basaba en él para hacer su trabajo.

Artaud también fue muy importante en la simbología, ya que fue el creador de su propio sistema de escritura. Era capaz de coger una poesía y traducirla a su lenguaje, era realmente lo que él hacía, ponía los símbolos tal y como él creía que eran.

Para mí este autor representa claramente las dos caras de la moneda, un genio increíble con grandes capacidades para cubrir muchos campos, y a la vez un pobre loco que estuvo internado en psiquiátricos, pero fue debido a la vida que tuvo, siendo pequeño se murió su hermana, tuvo una meningitis que lo perjudicó para el resto de su vida, tuvo crisis depresivas, en el manicomio le trataban con terapias electroconvulsivas..., todo esto el cuerpo no es capaz de aguantarlo, y después acabas demente perdido, aunque es curioso que después de todo esto siguiera aún innovando.

Fue todo un ejemplo en las vanguardias de mitad del siglo XX, y sirvió de base para muchos autores como John Cage, Lygia Clark, Gullar, etc.

La exposición creo que está un poco mezclada, no sigue una línea de tiempo, y los temas están muy juntos y hay veces que sientes que no sabes realmente en qué sala estás, y de que trata lo que estás viendo.

En resumen, para entender a Artaud creo que se necesita tiempo y paciencia, es un autor muy complicado debido a todos los temas que abarca, y la manera en que lo hace.

Disidencia como estilo de vida


Andrea Sanz Sáez

Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia

Durante estos días el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia nos ofrece una exposición en la que podemos ver la influencia que dejó Artaud en el arte del siglo XX. Todos hablan de Duchamp, como padrino de lo contemporáneo y sus ready-made; la descontextualización que estos objetos sufrieron fue lo que impactó, asombró y a la vez apartó al espectador (tal y como puede suceder en la actualidad), pero lo cierto es que pocas obras permanecen hoy en día en su contexto y realizando su función original. 

Sin entender el entorno de lo expuesto podríamos tachar a los artistas y su arte de raros, locos o enfermos. Sin embargo, una verdad irrefutable es que llegan tras los vanguardistas, creídos capaces de transformar el mundo; después de una cruenta guerra, la cual descompuso todos esos esquemas que los genios de las primeras décadas del siglo XX tenían sobre la moral y las capacidades del ser humano. Coetáneos como fueron a los creadores neodadaistas, nuestros contribuyentes "artaudianos" no tuvieron la repercusión mediática como la que pudo tener el austriaco Felix Baumgartner el pasado domingo, siendo esta comparación una hipérbole y posiblemente odiosa para algunos, pero lo cierto es que Baumgartner se sintió igual de pequeño que los artistas de los años cincuenta.

Artaud dejó sobretodo su huella en el teatro, a través de sus teorías; en la poesía, con el letrismo; y también en cine, pintura y radio. En esta muestra observamos el legado de tres áreas primordiales: Francia, Estados Unidos y Brasil; la disposición y el reparto de las obras en estancias coincide con esta diferenciación entre nacionalidades. Todo ello gracias a artistas visuales, poetas, escritores y compositores.               

Cuando nos disponemos a ver la exposición, somos invadidos por una oleada de frustración, agobio y quizá desconcierto; tal y como los hombres de la caverna de Platón experimentaron al percibir la realidad y el engaño en el que estuvieron sometidos. Más tarde, comienzas a comprender todo aquello. Lo que son esas películas infernales sin coherencia ni sentido alguno entre imagen, sonido y significado; esos textos incongruentes con una simbiosis entre letra y dibujo; esas pinturas partidas que, por más que busquemos, no dicen nada. Es una vuelta al primitivismo, ansia por deshacer todo lo creado por la mano humana, vuelta por tanto a un arte que nos recuerda a los 'monigotes' discretos de Albarracín. Todo por romper con esquemas establecidos, ruptura o unión entre el ingenio del arte y lo bello de la vida.

Se busca, por otro lado, la inmersión del espectador en la obra. La obra en sí no es el resultado, sino el proceso; es donde entra el espectáculo. Casi al final del recorrido, observamos una reconstrucción del que pudo ser el primer happening de la historia, se trata de Theatre Piece #1 de Cage. En él, encontramos por ejemplo, un proyector con diapositivas en blanco esperando a que nosotros mismos las rellenemos, mientras que sentados miramos hacia a otro lado. 

Por último y como apéndice, se hace referencia al movimiento antipsiquiátrico que surgió por parte de los letristas colegas de Artaud, pues éste estuvo ingresado varios años a pesar de su clara opinión: "He estado enfermo toda mi vida y no pido más que seguir estándolo" o "Curar una enfermedad es criminal". 

VIAJE AL FERVIENTE HIPOCAMPO


por Estefanía Pinochet

‘Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta’
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid


Abróchense los cinturones, disfruten del viaje trasatlántico multi-sensorial por la vehemencia y desconstrucción de la mente atormentada y el legado de Antonin Artaud. Exposición que se va tejiendo con las agujas de artistas influenciados por él, siendo los hilos conductores su suplicio psíquico y sus movimientos artísticos.
Para poder entender la influencia sobre los artistas expuestos debemos conocer a este marsellés nacido en 1896. Antonin Artaud, enfermó de meningitis desde su más tierna infancia. Víctima tanto de su mente enferma como de los adictivos medicamentos que se le administraron. Aborreció la psiquiatría y la iglesia, sin embargo era creyente y detestaba su ser sexual.
Envuelto en un constante oxímoron, fue precisamente el hidrato de cloral lo que le llevó a la tumba después de nueve agónicos años internado en instituciones psiquiátricas por depresión. Paradójicamente, fueron estos años los que le brindaron su mejor poesía ya que obvió la idea de la poética como enunciado cerrado y pudo expresar todas sus necesidades imaginativas. Rompiendo una cárcel mental a falta de poder fugarse físicamente.
Artaud utilizó varios medios: cine, radio, dibujo, poesía y teatro. Casi toda su obra fue surrealista, siendo el Théâtre de la Cruauté (Teatro de la Crueldad) su rama teórica más célebre. Ésta fue una clara influencia en Isidore Isou, creador del ‘letrismo’ – movimiento que desintegra todo hasta su más mínima expresión, el quark del significado que compone la constelación. Caracteres, letras, símbolos, significados gráficos, jeroglíficos se funden entre sí rompiendo también todo marco que les pueda contener. Llamar a un letrista, expresionista era considerado el más ruin de los insultos.

Salas blancas se van oscureciendo hasta volverse absolutamente negras mientras se exponen óleos, dibujos, páginas de revista, cartas, sonidos y películas de Isou, Gil Wolman, Alfred Jarry, François Dufrêne, Maurice Lemaître, Jean-Louis Brau, con los del mismo Artaud.  A medida que nos adentramos e igual que la blanca luna llena da paso a una oscura luna nueva, las salas van menguando su contenido físico para despertar los cinco, o seis, sentidos en una vorágine cónica de emo-sensaciones liberadas de molduras que nos acercan más al cogollo de una mente ¿lunática?
L’anticoncepte de Wolman destaca de forma especial siendo una sala que guía a otras donde un globo sonda sirve de pantalla a una insólita película trifásica. Globo a modo de glándula, nos encontramos en el centro del cerebro, con la opción de navegar hacia nuevos lóbulos, perdón salas. Volvemos a romper el marco, tenemos la posibilidad de pasar a una blanca sala “convencional” nuevamente.
Espectros de Artaud, es un largo viaje digno de recorrerse. Exposición magistralmente planteada donde se rasga el envase continuamente, siendo para mí la epítome de este quiebre algo que sólo podremos saborear a medias: Le film est déjà commencé de Lemaître. Película que podremos ver en esta exposición, pero que en su estreno parisino de 1951 Lamaître proyectó intencionadamente una hora tarde y al comenzar lanzó hielo y sacudió alfombras polvorientas sobre los espectadores, trascendiendo el último molde.