lunes, 8 de octubre de 2012

Arte alucinógeno



Arte alucinógeno

Nature norte / Naturaleza muerta
Charles Sandison
Madrid, Galería Max Estrella

Francisco José Pascual Orozco

   En el principio solo había caos, masa informe y enmarañada. Así comienza la cosmogonía griega. Y en verdad en el comienzo no había nada, no había vida. Y entonces aparecieron organismos unicelulares que tras unirse, evolucionaron. Y miles de años después aquí estamos, seres racionales, animales, plantas…
  
 En toda esta evolución el ser humano siempre ha intentado, desde el más remoto pasado, plasmar lo que sentía. En casi toda la historia, desde los chamanes, curanderos, adivinos, a poetas y artistas, han usado drogas para inspirarse. Estas, indiferentemente de la época les han trasladado a un mundo de fantasía y éxtasis; obnubilando sus mentes y haciendo que su mas profundo subconsciente aflorase. Eran trasportados a un mundo inexistente donde todo era caos y a la vez orden.
  
 Y esto mismo es lo que nos trasmite una de las partes principales de la obra, un caos ordenado, una creación a partir de la nada, nuestros ancestros, las bacterias. Éstas, creadas con palabras que a la vez nos trasmiten fuertes sentimientos, dejándonos extasiados en un bucle alucinógeno que nos encierra en la sala.
  
 Pero, ¿Qué es la representación de la creación? Pues ni mas ni menos que el principio del fin, la caducidad de la vida, el marchitar de una flor y la disolución de la piel que no deja mas que unos huesos destinados al polvo. Se nos presenta una calavera formada por palabras como si el conocimiento escapase de un cerebro ya inexistente. En un continuo implosiónar y explosionar, como si del Big Bang se tratase; una antítesis entre principio y fin, entre creación y el polvo en que todo se convertirá. 

   Y así, nacieron las estrellas que conforman el firmamento. En la obra, las constelaciones en lugar de imágenes, forman palabras. Trasmitiendo una paz infinita, como infinito es el universo.

   La última de las obras expuestas, ya cuando uno se va a marchar, puede resultar un tanto ambigua. A cada persona le puede trasmitir una u otra cosa, pero lo que indudablemente es una obra de gran fuerza emotiva y expresiva. Es una composición dinámica y simétrica, que se puede considerar que muestra la evolución de la humanidad. Ésta evoluciona  y extermina mutuamente en una sucesión de guerras que van desolando la población. Esta población en épocas de paz se convierte en simples hormigas deambulando por el planeta sin un rumbo fijo. 

   Sandison continúa con su línea artística al utilizar elementos visuales para componer sus obras, aunque ha evolucionado e introducido mucho la informática.
Sin duda esta obra es compleja, pero nos trasporta a un mundo de colores y formas como si de una droga alucinógena se tratase, haciendo ver en cada proyección lo que el observador desee ver. Unos verán la vida, otros la muerte, otros simplemente patrones inconexos que forman continuos bucles. Lo que sin duda nos deja clara esta obra es que este arte, más que para entenderse es para disfrutarse, sentirse y verlo no con el cerebro sino con el alma desnuda.


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