sábado, 13 de octubre de 2012

Que comience la función


Lidia Álvarez Jadraque

Antonin Artaud. Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta.
Museo Reina Sofía. Madrid

Desde sus orígenes el hombre ha buscado el entretenerse, y a su vez enseñar, bien sea mediante cualquier categoría del arte: la pintura, la escultura, la literatura, el teatro, el cine, etc.

En cuanto a la literatura, por todos es sabido que ha servido como musa para géneros como la pintura, la escultura, el teatro o el cine. Grandes obras maestras de la literatura han saltado a la platea y de allí a la gran pantalla, y se han usado, a su vez para ofrecer una visión más amena y reducida, a veces, de la obra al público. En tiempo de grandes genios como Lope de vega, Calderón de la barca, Shakespeare, etc.se usaban los escenarios de los teatros para dar “lecciones” y mostrar situaciones comunes al pueblo, muchas veces analfabeto.

Con el surgimiento del arte contemporáneo e incluso a finales del moderno, las obras de arte pasaron a interactuar con los asistentes y tomaron el nombre de happening. De esta no solo estaban los propios actores, pintores, músicos, e incluso el propio público, en muchas ocasiones, se cambió las tablas y el patio de butacas, por la propia calle. Destacan grupos de teatro como: Els comediants, o Els joglars, que montaban grandes espectáculos, en los que la intención de muchos de ellos era transmitir al propio espectador-actor ciertas sensaciones como miedo, angustia o soledad a base de encerrarlos en pequeños lugares o bañarlos de pies a cabeza.

Con esta temática de los nuevos happenings, el museo reina Sofía ha organizado la exposición Los espectros de Antonin Artaud, en la que muestra la influencia de este autor neo-dada en otros pintores, letristas, o directores de películas y documentales como Maurice Lemaître, Pierre Albert-Birot, David Tudor, Mary Caroline Richards, Lygia Clark o Hélio Oiticica.

Se muestran piezas como videos, audios y traducciones de algunas de sus obras, sus libretos o incluso algún que otro de sus borradores. El sonido de la voz del propio Antonin Artaud en sus discursos en las radios francesas y alemanas, o en algunos de sus documentales, reportajes o películas, envuelven al espectador en las obras que se van sucediendo.

L exposición de puede dividir en tres temáticas. Las primeras dos o tres salas exponen sobretodo la influencia de sus composiciones musicales como piezas relacionables con el lenguaje del cuerpo, y como estas llevaron a la creación, de un medio para luchar contra la crítica existente en ese momento.

El siguiente punto de vista es el de la creación de un happening, de una pieza musical. En ella se muestran sus bocetos y apuntes e incluso alguna fotografía.
El último grupo puede verse como una manera de entender las cosas sin grandes palabras ni discursos. Pues siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras.

En conclusión, con el surgimiento de nuevos personajes y nuevas obras, el arte ha de ir evolucionando. Y cada uno con su punto de vista y su manera de interpretarlo vera la obra de una forma diferente a otra.

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