Charles Sandison, Nature morte. Galería Max Estrella.
Cristina Sanz García.
Charles Sandison expone en la galería Max Estrella una obra
realizada únicamente con tecnología. Se basa en el libro de Darwin “El origen
de las especies” para dar su visión, del s.xxi, de la naturaleza y, yendo más
allá, de lo que la compone.
Como espectáculo de luces sin duda alguna es sobresaliente.
Muy colorido y muy visual pero yo, personalmente, no puedo llamarlo arte. Al menos arte como lo que conocemos hoy
en día. Probablemente los que no podemos apreciar en esta exposición la parte
artística sea porque la concepción de obra artística no ha evolucionado en
nuestras mentes y que ahora la “moda”
sea tecnología pura y dura. Pero el arte, a mi gusto, debe transmitir algo al
espectador, arañar su curiosidad, y en esta ocasión no me ha transmitido nada.
Sí, claro que engancha un conjunto de luces con diferentes formas y palabras
que se mueven y cambian de color y si vas acompañado te diviertes pensando qué
conexión hay entre cada una de ellas, pero nada más.
¿Naturaleza muerta? El único pensamiento más profundo que
pude sacar es que todas esas rayas, puntos y almohadillas pueden relacionarse
con las células que forman a los seres vivos, pero no sentí que estuviesen
muertas… Es más, el movimiento transmite viveza y sin embargo puede que lo que
hace que fallezcan es el simple uso de la tecnología. Partiendo de este punto
podemos llegar a la conclusión de que hoy por hoy la tecnología, ordenadores y
televisiones, hacen que el lado humano del trabajo desaparezca y que lo
innovador y funcional sean las máquinas. Es decir, que lo tecnológico sustituye
a lo natural, a lo vivo, en definitiva y desde una visión antropocéntrica, lo
humano.
Según voy avanzando en esta reflexión me doy cuenta de que a
lo mejor el autor está consiguiendo en mí una crítica a las máquinas, pero ¿es
ese realmente el mensaje que quiere dar? Desde mi muy limitado conocimiento del
arte contemporáneo no sabría qué decir. No creo que nadie pueda afirmar que
esta será una obra que en un futuro se perciba con total admiración por su belleza,
por su técnica y por su mensaje. Incluso creo con gran seguridad que personas
que visiten esta exposición sin tener previamente explicación alguna por parte
del autor de por qué y para qué la hizo, se sentirán indignados e incluso
estafados. Es realmente complicado para mi saber qué es y qué no es bueno en
este mundo de arte contemporáneo, puede ser por obras como esta lo que me hagas
dudar sobre el movimiento contemporáneo del arte.
Realmente es muy sencillo acordarte de los salvapantallas de
ordenadores viendo esto.
Podríamos concluir con que la ya mencionada tecnología oculta, al igual que un salvapantallas, lo
humano. Y que desde los primeros estudios sobre la naturaleza de Darwin, todas
las posteriores investigaciones del medio no se conciben sin microscopios, sin material
sofisticado y sin maquinaria adaptada al mismo estudio.
Finalmente hago un llamado a los informáticos más creativos
para que se animen y hagan “arte”.
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