Delia
Martínez Vázquez
Charles
Sandison. NATURE MORTE
GALERÍA
MAX ESTRELLA. Santo Tomé, 6 (patio). Madrid.
Desde el 13 de septiembre hasta el 3
de noviembre de 2012.
“Maga,
vamos componiendo una figura absurda, dibujamos con nuestros movimientos una
figura idéntica a la que dibujan las moscas cuando vuelan en una pieza, de aquí
para allá, bruscamente dan media vuelta, de allá para aquí, eso es lo que se
llama movimiento brownoideo, ¿ahora entendés?, un ángulo recto, una línea que
sube, de aquí para allá, del fondo al frente, hacia arriba, hacia abajo,
espasmódicamente, frenando en seco y arrancando en el mismo instante en otra
dirección, y todo eso va tejiendo un dibujo, una figura, algo inexistente como
vos y como yo, como los dos puntos perdidos en París que van de aquí para allá,
de allá para aquí, haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para
ellos mismos, una interminable figura sin sentido.” Rayuela. Julio Cortázar
La obra que nos presenta Charles Sandison posee el poder
hipnotizador de una hoguera encendida. A partir de palabras, letras y signos de
puntuación que danzan ante nuestros ojos en virtud de un programa informático
consigue convertir lo inorgánico en orgánico. ¿Puede un algoritmo contener la
chispa de la vida?
La proyección Nature Morte
no es más que palabras en movimiento, pero consigue que el espectador no pueda
dejar de mirar. El autor recrea un microcosmos de monosílabos que se expanden
hasta formar sencillas palabras y de nuevo se contraen hasta volver a su origen
para de nuevo explotar como un big bang que genera una calavera que podría ser
la tuya, la mía, la de todos.
Pero la muestra no se conforma con recrear un cráneo humano que,
por mucho carbono que contenga, no es más que un esqueleto inerte. En Quantum Foam las letras y signos cobran vida ante nuestros
ojos para convertirse en hebras de ADN, en bacilos, en cocos que danzan una
maravillosa coreografía browniana (o brownoidea,
que diría Cortázar). Estas partículas
surgen y son aniquiladas al son de la espuma cuántica que Sandison ha
imaginado. Al fin y al cabo, son partículas
virtuales.
El zénit de esta realidad virtual se alcanza con la atmósfera que
crea la proyección envolvente The birth
of lenguaje. Esta bella metáfora del nacimiento del lenguaje se crea
proyectando las palabras contenidas en El
origen de las especies de Charles Darwin y dotándolas de un movimiento que
recuerda al de una colonia de hormigas que se comporta como un único organismo,
al igual que un conjunto de palabras se une para emitir un mensaje común. La
pieza tiene el valor añadido de incluir al espectador en ella, ya que no se
limita a una proyección sobre una pared sino que traspasa todo marco inundando
la estancia y haciéndote partícipe de tan bella experiencia.
Así pues, Sandison consigue transformar las unidades básicas del
lenguaje en unidades básicas de vida. Aplicando a las letras patrones de
movimiento presentes en la naturaleza, consigue dotarlas de una calidez orgánica,
insuflarles vida. De este modo, construye un universo a su medida en el que los
sillares los ha elegido él. Caprichos de programador, caprichos de demiurgo.
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