lunes, 15 de octubre de 2012

El gran Artaud


Antonie Marie Joseph Artaud fue un poeta, dramaturgo, ensayista, actor, director escénico y novelista; nació en Marsella (Francia) en 1896, y realizó libros de poemas como El pesa-nervios, aunque donde destacó fue en el teatro, considerándole el creador del teatro de la crueldad realizando obras como Manifiesto del teatro de la crueldad, durante su último año de vida.

Actualmente, el Museo Reina Sofía ha realizado una exposición llamada Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los años cincuenta, en la cual se presentan una serie de obras de Artaud, pertenecientes al mundo de las artes visuales, y en la de los artistas de países como Francia, Estados Unidos y Brasil influyendo en sus obras, con la producción neovanguardista de Artaud, sobre todo, del surrealismo y dadaísmo. Obras como Nunca se real y verdadero siempre, que fue un cuadro elaborado por él mismo con grafito y lápiz graso de color sobre papel, en el que se representan objetos mágicos africanos, los cuales podemos decir que realizan hechizos, y formas larvales, que ocupan todo el cuadro simulando al “horror vacui”, sin dejar un espacio vacío, representando así un continuo movimiento; pero en este también hay una frase escrita: "Nunca real y verdadera siempre, el arte no, pero el Sudán ra-ed y Dahomey", haciendo alusión al arte o a la magia. Esta fue la obra más enigmática, la que me causó más misterio, y fijándome en el resto de obras, aunque no realizadas por Artaud, podemos ver que influyó en artistas como Isidore Isou en sus creaciones Los nombres XXVIII, XI y XXII, tres cuadros de figuras similares entre ellas y también relacionadas con la obra de Artaud, intentando pintar el mayor número de espacios vacíos, aunque este con figuras conocidas. Igualmente en autores como Gabriel Pomerand como visualizamos en su obra Ejercicio espiritual según San Ignacio de Loyola que fue la obra que me provocó más satisfacción, pues refleja totalmente la influencia del surrealismo propiciado por Artaud mezclando símbolos poco vistos con colores apagados, y según mi padecer, con ciertas características de pensamiento malévolo, representado en esa figura de cuerpo tan delgado con extremidades puntiagudas. El resto de obras son en su mayoría retratos como los de Isidore Isou, sin causarme mucha intriga; proyecciones de larga duración, propias del teatro de la crueldad, reflejado en la que encontramos en la primera estancia del museo, con historias como la de Daniel y una enamorada de este, en la cual rechaza totalmente el hombre a la mujer de forma cruel, a pesar de estar suplicándole; proyecciones del teatro del absurdo como la que se encuentra localizada en la última estancia a la derecha, apareciendo dos hombres los cuales se presentan de forma continuada voceando una serie de alaridos, y otra ubicada a la izquierda, en la que se proyecta un filme sobre una esfera; numerosos recortes periodísticos e imágenes de cortometrajes.

Para completar la crítica, remataré con mi opinión en general sobre la exposición dedicada a Artaud; en la cual he de decir que es la más  compleja de inferir, de las cuatro exposiciones que hemos ido a visitar, con numerosas proyecciones muy extensas, en mi parecer, y numerosas obras pictóricas de carácter muy pobre. No obstante, observamos claramente la forma de influir que tuvo Antonin Artaud en artistas de países de América y Europa durante los años cincuenta, con una riqueza cultural muy notable, presentando una serie de neovanguardismos a la perfección con emblemas y siluetas propias de estos movimientos.

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