¿SIENTES?
CHARLES SANDISON
“NATURE MORTE”
GALERÍA MAX
ESTRELLA
Cuando
actuamos como espectadores, la mayoría de nosotros solemos dar por sentado que
adentrarse en un museo, exposición o galería, conlleva ir a contemplar composiciones
en formato cuadro, grabado o escultura. Cuando no es así, nos resulta difícil
entenderlas por lo que deberíamos empezar a cambiar esa visión anacrónica del
arte para poder mimetizarnos con las exposiciones actuales. Muchos artistas han
descubierto y asimilado los avances científicos y tecnológicos y quedan
reflejados en su forma de hacer arte.
Charles
Sandison es uno de ellos y ha
introducido su propio programa informático para dar vida a sus creaciones. Desarrolla
un arte
conceptual que busca enfatizar la idea, no el soporte. La
idea es la obra en sí misma. El autor sigue los pasos de la artista
estadounidense Jenny Holzer que se propuso hacer que el espectador-lector
centrara su atención en la apariencia del texto, el lugar y el momento donde se
exponía, como catalizador para provocar una reflexión sobre el tema propuesto.
La
“brillante” obra del escocés expuesta en la galería madrileña, se compone
de cuatro proyecciones en las que podemos observar signos, números y caracteres
sin aparente relación entre sí. El artista ha jugado con el espacio
arquitectónico donde todas las salas irradian un blanco puro sólo interrumpido
por los destellos de la proyección, poniendo al espectador en el centro de una
constelación de palabras y signos.
Dos
de las proyecciones nos hacen pensar en el cuerpo; los símbolos y palabras en
constante movimiento (enfermo, calentar, arreglar, nosotros, muerte, si, deseo,
viejo, odiar…) parecen ir formando áreas de nuestro organismo como glóbulos
rojos y blancos, partes de una célula, moléculas, bacterias… en otra proyección
un núcleo se va expandiendo y contrayendo como si del Big Bang o de un corazón se tratase, en cada expansión se crea una
nueva imagen (calaveras de diferentes formas) creada por palabras monosílabas
de colores (abrazo ,cuerpo, enfermera...), en la última proyección (la más
espectacular) me tumbé en el suelo para poder captar mejor todos los ángulos de
la sala, y se proyectaban palabras y puntos como si de nuestros pensamientos se
tratasen, a veces van despacio, otras rápido, unas veces tienen sentido y otras
parecen no tenerlo.
Durante
las proyecciones asocié todo lo que estaba contemplando a las máquinas; siguen
su proceso, funcionan peor a medida que pasa el tiempo y finalmente se rompen. Pensé
en las cadenas de montaje y sentí una fuerte deshumanización del cuerpo humano,
todos tenemos una vida útil estimada y el mismo destino final. La muerte está presente en palabras e imágenes
durante la obra e incluso en su título; de una primera impresión lumínica,
bonita y alegre pasé a pensar en lo peor en cuestión de minutos.
Quizá
no importe mucho el tema en el que piensa cada individuo cuando acude a una
exposición y se enfrenta a la obra, creo que si te provoca sensaciones y
sentimientos da igual el soporte en el que esté realizada.
TAMARA
VILLABRILLE
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