Proyecciones
de una evolución luminiscente
Krishna
Soto Moreno
Charles Sandison llega
a la Galería Max Estrella de Madrid, después de seis años de no haber expuesto
en nuestro país. Este artista nació en Escocia, en 1969. Estudió en la escuela
de Arte de Glasgow y desde hace diecisiete años trabaja con proyecciones de
video generadas por ordenador, que mezclan lenguaje, arquitectura y movimiento.
Es por lo tanto considerado como un video-artista.
El artista Sandison
trabaja a partir de programas de ordenador que generan palabras y dan vida a
sus obras. La primera de las composiciones no muestra con claridad su intención
artística, ya que las luces que se proyectan sólo representan interrogaciones y
líneas largas movedizas sobre un fondo que cambia de colores cálidos a colores
fríos. Quizás el artista quiso que el espectador se interrogara así mismo acerca
del porqué de un origen. Otra de las composiciones, la penúltima, no es más que
un conjunto de letras, símbolos y “cromosomas” en constante movimiento, por lo
que parece estar relacionada con las demás acerca de su temática: Evolución
biológica.
Todo el conjunto de sus
obras creadas por él en esta exposición, llamada “Nature Morte”, parece
reflejar que el artista reflexiona acerca del lenguaje y la evolución, ya que
en sus creaciones aparecen letras y palabras, signos o símbolos. Puede que las
palabras sean sencillas, como están sueltas sin necesidad de estar enlazadas
con otras para formas frases u oraciones, pero parecen transmitir algún mensaje
emotivo, o quizás busquen alguna reacción en el espectador que trate de
interpretarlas. Y la exposición no queda ahí, sus obras, es decir, sus
proyecciones son expuestas en la arquitectura de las diferentes salas de la
galería Max Estrella, como lo es por ejemplo la pieza central y significativa
de la exposición, “The Birth of Language”. Esta pieza parece narrar la esencia
de algo o de un organismo biológico y la reflexión de que el lenguaje es la
fuente de la evolución. Todo esto engloba lo que sería el arte conceptual.
No obstante, las luces,
un tanto chillonas y movedizas procedentes de las obras pueden resultar
cansadas a la vista, por lo que no deja analizar completamente las obras, ya
que además cada composición mantiene una extensa, pero no abusiva, duración de
proyección, cambiando de forma continua; nunca se mantiene quieta ni fija.
Cierto es que el color se puede expresar a través de cualquier material, que
puede responder al impacto de la luz y de este modo, la obra puede resultar
luminiscente o incluso provocar diferentes sensaciones ópticas. De hecho,
alguna de las iluminaciones proyectadas en la obra recuerda a otras
proyecciones como las de la Noche en Blanco de Madrid o las de algún concierto
o festival.
La visita en conjunto
resulta breve, pero “saciable”. Con esto quiero decir que su exposición no es
muy extensa, pero como se trata de una temática compleja de desarrollar y representar
con proyecciones resulta un tanto confusa al final, pero no por ello menos
original y llamativa.
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