martes, 9 de octubre de 2012

DUALIDAD

                                                           DUALIDAD

Marco Torres Romero de Ávila

Nature morte. Charles Sandison.
Galería Max Estrella. Madrid (Chamberí)

A lo largo de los meses de este otoño podremos disfrutar de la interesante última exposición de Charles Sandison, la cual se encuentra en la galería madrileña Max Estrella. Tras algunos años, el autor escocés, que vuelve a exponer en solitario en España tras algunos años, con un ejercicio intelectual y complejo, tanto en el plano conceptual, como en el visual.

Hablamos de un proyecto site-specific -el entorno arquitectónico está condicionado por las características de la galería-, lo cual sirve como trampolín para que Sandison muestre su obra y juegue con sus posibilidades.
Así, entontramos que el conjunto de la exposición queda conformado por hasta 4 obras individuales, pero interrelacionadas entre sí.
Hablamos en este caso de un trabajo de vídeo-instalación: todo son proyecciones salidas de un soporte informático y plasmadas en los muros, techos, suelos, esquinas, en los propios espectadores.
El autor, que en alguna ocasión ha comentado que sus obras son “murales”, o que él se dedica a “colgar palabras en la pared”, queda más implicado aún, al ser el propio creador y diseñador de los programas (basados en algoritmos que utilizando nociones como la de simetría, inducción voluntaria de error, etc..) responsables de las fantásticas proyecciones.
El esconcés continúa tratando con el lenguaje y los conceptos como temática esencial, lo cual ha sido recurrente en su carrera, y siguiendo el cada vez más escaso legado de Jenny Holzer.
Sin embargo, sería erróneo negar el salto en calidad y complejidad que supone esta Nature morte dentro del catálogo del artista, puesto que la diversidad y la cantiad de posibilidades que nos presenta tanto a nivel técnico, como emocional, o en cuanto a forma, son innumerables.

Destaca la obra central y crucial del conjunto The birth of language, donde se nos descubre el lenguaje como un organismo tan vivo como cualquier animal o planta, si no más; cada vez que lo empleamos, cada vez que lo usamos erradamente, lo estamos creando y destruyendo; mejorando y modificando, lo cual podría dar lugar a muchos otros interrogantes, pero no, la cosa no es así de simple, sino que combinando: 1) el propio concepto y forma de las proyecciones de la estancia, con sus cambios totalmente variables y arbitrarios, que la hacen cambiante y susceptible de ser afectada por las miles de posibilidades a las que está expuesto cualquier otro organismo (los programas empleados por Sandison se basan en la dinámica molecular, y todos ellos se retroalimentan inifinitamente); 2) la mera visualización de las formas, que recuerdan a cadenas de ADN, o pequeños microorganismo vistos con microoscopio; y 3) el texto de El origen de las especies, de Charles Darwin (con el cual la propuesta de Sandison establece un paralelismo evidente), que se encuentra proyectado íntegro, con todas sus palabras, puntos y comas, repartidos de forma absolutamente azarosa y desconcertándonos, se forma una compleja trama conceptual y abstracta que nos conduce a muchas otras preguntas y lecturas diferentes.

Además, todo el conjunto presenta una dualidad muy evidente y atractiva, a saber: realidad/realidad virtual, subjetividad/determinación, evolución/creación (dado el papel de Creador, y casi divino que ejerce Sandison en su elaborada instalación); orden/caos, vida/muerte (que al fin y al cabo, no es sino una parte natural y complementaria de la vida).

No obstante, sigo pensando que la obra puede plantear muchísimos otros dilemas y retos aparte de estos, lo cual me parece perfecto. Nota alta para Sandison por esta, su última Creación.

PD: En el aspecto estético y visual, que casi he obviado, decir que todas las proyeccoines resultan llamativas, absorbentes, relajantes.

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