El pastor
que guía a los artistas
Carlos
Ganancias Gómez
Espectros de Artaud. Lenguaje y arte en los
años cincuenta.
Tras haber
visitado la exposición de Antonin Artaud en el Museo Reina Sofía, uno se da
cuenta que ha logrado juntar en una
galería, el teatro, el cine, el dibujo y
la radio; no me extraña que ya desde un principio fuese a ser una exposición algo
compleja de entender y de interpretar, aunque hayas adquirido una carta de presentación
en la que puedes observar un breve resumen del autor, su obra y en qué
consiste.
Estas formas de expresión
artísticas que Artaud utiliza en su exposición, nos ayudan a ver el deseo de
traspasar los limites del lenguaje, ya sea escrito o hablado; provocando una
gran influencia en otros artistas igualmente interesados en el lenguaje y que será
lo que observemos en esta exposición, en la que pretende ser visto de una
manera diferente a la que se le conocía en el periodo de posguerra, ya que
antes de este acontecimiento y del neodadá no había sido valorado lo suficiente
o lo que él se esperaba.
La exposición de
Artaud consiste en mostrar, no sólo su obra, que por lo que se aprecia en las
salas sólo hay dos pinturas que le pertenecen, si no también los diferentes
artistas, sobre todo de Francia, Estados Unidos y Brasil, que ha conseguido
reunir en la exposición; y es en ellos, en donde se aprecia la influencia de
Antonin Artaud en otros artistas.
Las obras de arte
que se exponen en estas salas no tienen nada que ver con las obras antiguas,
donde lo principal eran las representaciones de paisajes, mitos, o retratos de
reyes, nobles o del clero, donde simplemente tenían un significado y la gente
lo podía apreciar nada más ver la pintura, escultura o arquitectura; pero hoy
en día, el arte se ha simplificado por decirlo de alguna manera, ya que a todo
lo creado por el hombre se le puede considerar “arte”.
Muchas de estas
pinturas están compuestas de signos, palabras o formas geométricas que crean un
objeto o símbolo con o sin significado; también hay partituras de música con
notas escritas, proyecciones en las que los actores que salen sustituyen un
discurso por sonidos y ruidos extraños, a este lenguaje lo denominan letrista
ya que el único instrumento como tal es la voz.
Estas obras
tienen que ver con el lenguaje y su importancia a lo largo del tiempo, pero es
algo frustrante el ir a ver una exposición y si no es por la guía de presentación
no entender lo que el autor intenta expresar.
En definitiva,
desde el punto de vista de un joven de dieciocho años, recién iniciado en el
mundo del arte, Artaud es un artista
poco valorado ya que su arte es tan complejo que no llegas a apreciarlo ni a comprenderlo en su totalidad; creando así un desconcierto con el arte contemporáneo,
del que pienso que la gran mayoría de las obras se entienden si previamente has
recibido una breve explicación sobre lo que trata y lo que pretende. Pero eso,
el no llegar a comprenderlas aportaría una nueva luz a la figura de Artaud,
formando así una nueva visión contemporánea de este autor.
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