martes, 16 de octubre de 2012

EL SENTIDO DE LO SURREAL. TAMARA SALAS FORTES.


TAMARA SALAS FORTES.
ANTONIN ARTAUD. ESPECTROS.
MUSEO REINA SOFIA.

EL SENTIDO DE LO SURREAL.
En esta exposición, que consta de un buen número de salas diferenciadas, caracterizadas cada una de ellas por albergar distintos aspectos o al menos representaciones artísticas predomina sobre todo, los sistemas gráficos.
No se trata de una exposición que se base en la funcionalidad, o en la estandarización si no que confluyen iconos, letras, pictogramas o jeroglíficos todos ellos combinados y encajados con naturalidad y espontaneidad, pero sin olvidar ni dejar de lado el sentido o la intención de transmitir un mensaje o una sensación, olvidándonos del si porque si.
Podemos experimentar en la exposición como la repetición de fonemas continuados pueden provocar en nosotros un cierto desconcierto, porque en ocasiones no entendamos lo que quiere decir, ya sea porque no compartimos el mismo idioma o porque simplemente lo que nos dicen no llegue a convertirse en una comunicación plena, hay que tener siempre presente que la comunicación o la transmisión no siempre está basada o respaldada por un feedback, muchas veces el comunicador no obtiene una respuesta directa, pero sí que logra un efecto comunicativo en tanto en cuanto con su obra, da por satisfecha su intención de provocar algo en el resto del mundo, positivo o negativo, bueno o malo simplemente dejar huella en las personas que comparten el resultado de la misma, y es en esta exposición lo que ocurre, que independientemente de la sensación con la que te vayas de ella, tras haberla visto no te ha dejado en ningún momento indiferente.
Y es que el arte no tiene una concordancia plena o matemática, no se trata de una función o un logaritmo de algo comprobado o medido, en ocasiones esperamos que todo sea como hemos visto anteriormente o a lo que hemos estado acostumbrados como resultado de  la evolución que han tenido la cultura, las artes plásticas o visuales en la sociedad, esto es otro de los aspectos del que la exposición en cuestión no toma parte, del que se sale y no toma conciencia.
La ubicación del autor y de la obra podemos contextualizarla en el movimiento letrista, en concreto, y en el entorno de las vanguardias, surrealismo y dadaísmo.
Y  ¿cómo es posible, que todavía podamos salir sorprendidos de una exposición?, si nos vanagloriamos de vivir en un mundo moderno en una sociedad que dice que avanza que deja atrás los legajos de lo arcaico, clásico, antiguo y lo vanguardista nos resulta algo incomprensible porque carece de las líneas generales, a lo que acostumbramos ver bello o lógico, o mejor dicho lo que nos han enseñado que es  bello interesante o  merecido, y es que para ver arte hay que tener la mente abierta cuanto menos, dejarnos llevar y comprobar si lo que vemos verdaderamente nos conduce a algún sitio, aunque este mismo en numerosas ocasiones no tenga salida, o que dicha salida no sea la que buscábamos o esperábamos encontrar.

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