TAMARA SALAS FORTES.
CHARLES SANDISON, NATURE MORTE, GALERIA MAX ESTRELLA.
EL PIXEL Y LA EVOLUCIÓN.
Se trata de una exposición con un carácter y una esencia
artística conceptual.
Se compone de distintas proyecciones, en concreto cuatro,
que van repitiéndose cíclicamente realizadas a base de programas informáticos
que recrean una y otra vez formas que conjugándolas entre ellas simulan imágenes.
Cada una de estas proyecciones, están ubicadas en espacios
distintos con unas dimensiones específicas para cada una de las partes que
componen la exposición, escogidas para su perfecta adaptación.
La exposición se caracteriza por una creación constante, en
continua recreación, y movimiento, que nos hace ver que no hay nada que pueda
parar, que todo continua aconteciendo aunque a veces nos abstraigamos de la
realidad, y es esto lo que nos muestra el autor con su obra, una narración que
se desarrolla de forma constante sin espacios de tiempo ni vacíos.
El juego de colores, formas y palabras hace del dinamismo la
base de dicha obra.
En cada uno de los espacios, figuran palabras que nombran
distintos sentimientos, emociones y estados de ánimo que nos permiten
recapacitar sobre lo que en sí mismas significan, haciéndonos reconocer que las palabras por sí
solas no forman si no parte de un código lingüístico que cada día todos utilizamos
y que se llama lenguaje y que no necesariamente debemos concebir siempre, como
la composición de letras que forman palabras, si no que hemos de abrir la mente
a la existencia de otras posibilidades que también lo componen como son los
números y los signos, que aparecen en constante movimiento en las distintas
piezas del autor expuestas en la galería.
Si detrás de cada una de esas palabras no hubiera una mente
y un alma que las pronunciase y las sintiese no serían nada por sí solas ni en
sí mismas, lo cual conduce a reflexionar sobre la existencia del hombre y su
llegada.
Y no es sino de otro modo, que la vida y el desarrollo del
mundo y por tanto de las personas que lo constituyen no sería otro, ni siquiera
posible, sí no fuera por la existencia de un modo de comunicación creado para
consentir su funcionamiento.
Hay que tener en cuenta, lo que el autor pretende hacernos llegar,
con una de las características principales de la obra, que es el constante
cambio.
Todas y cada una de las imágenes proyectadas por el autor no
cesan de cambiar, lo que ocurre a sí mismo, con la vida y nos conduce al
concepto y a la realidad de lo que conocemos y denominamos como evolución, que
acompaña de la mano a la existencia del ser humano en la tierra. Porque todo
cambia todo crece y nada continua siendo lo que fue.
Tomaré una frase para
referirme a la obra que en su día dijo
un célebre pensador: “disfrutar del momento, sin evadirnos del mismo”.
(NIETSZCHE)
Haciéndonos ver que la vida y la existencia se constituyen
de una serie de elementos, en los que a veces no reparamos, pero que son
necesarios para la vida y su evolución.
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