Concepción Balmaseda Gómez-Cabrero
Antonin Artaud. Espectros de Artaud. Lenguaje y arte
en los años cincuenta.
Museo Reina Sofía. Madrid.
Los movimientos vanguardistas de principios y
mediados del siglo XX , en su intento de romper con todo lo establecido y
buscar nuevos caminos para la creatividad artística, no dejaron territorio sin
explorar. Es parte de la obligación de los creadores, encontrar ideas nuevas,
conceptos que reemplacen a todo lo establecido. Pero aparte de la motivación
puramente artística existe una inquietud
intelectual que encuentra su origen en los movimientos sociales. Hay una rebeldía latente, un espíritu
iconoclasta que refleja el desencanto por la vesania destructiva de la
Primera Guerra mundial. En el
periodo de entreguerras aparecen artistas adscritos a la provocación, sea el
movimiento que sea, en un intento de desprestigiar la obra tradicional. Con
este espíritu inspirador nace en 1916 el dadaismo, que se definía como un
movimiento “antiartístico”. La
denominación es en si misma una demostración de todo su contenido conceptual:
se llamó dada por azar, al abrir un
diccionario francés-alemán y caer el dedo de forma fortuita sobre esa palabra.
Una suerte, si tenemos en cuenta que por la misma regla pudo llamarse imparipenné, por poner un ejemplo cinco
letras más allá.
En este contexto de tensión entre política y arte
tuvieron lugar grupos y corrientes de pensamiento, a veces muy minoritarios,
otras muy efímeros y en ocasiones desaparecidos por sus propias
contradicciones, pero también dio la oportunidad para el surgimiento de
artistas reales que supieron influir en sus contemporáneos y trascender del
momento.
Antonin Artaud es un surrealista disidente (rompió
con Bretón en 1927 quién lo acusó de “no ver más que la materia de su propio
espíritu”) cuyo pensamiento alcanzó a otros artistas en distintas áreas de la
creatividad que él mismo también cultivó: teatro, cine, dibujo y radio. Incluso
llegó a influir en las corrientes de la llamada antipsiquiatría (él mismo
estuvo internado en diversos establecimientos psiquiátricos). Fue actor y
precursor del Teatro de la Crueldad, donde la acción y los gritos forman parte
del espectáculo, sin apenas texto hablado, pues el lenguaje limita la capacidad
del espíritu para acceder a las sensaciones puras.
La influencia de Artaud se ve sobre todo en distintas
áreas del movimiento letrista fundado por Isidore Isou y Gabriel Pomerad. Los
deseos de trascender los límites del lenguaje no solo afectan al lenguaje hablado,
también al escrito. Los letristas crearon nuevas combinaciones de lenguaje
visual, verbal y simbólico. La pintura letrista incluía símbolos matemáticos,
cuneiformes, fórmulas químicas, elementos cirílicos, hebreos, chinos, arábigos,
signos inventados ¿por qué no?... , para los letristas la reinvención del
lenguaje es una metáfora de la reinvención del mundo, un mundo que desaprueban
(de nuevo, el orden político y social que hay que cambiar).
Llama la atención las novelas metagráficas, que
siguen la propuesta de Isou de crear un nuevo sistema lingüístico que incluye
pictogramas y figuras. Los egipcios lo inventaron antes, pero no estaba
considerado como arte dominante por los letristas.
El cine también es un terreno en el que el cambio de
planteamiento tiene que hacerse notar. También existe un lenguaje
cinematográfico que se debe revisar. Artaud escribió sobre el cine, no solo
teorizando, sino como guionista. La Concha y El Reverendo es el único guión
suyo que fue llevado a la pantalla. En la exposición del Reina Sofía podemos
ver varias películas con este nuevo planteamiento, una de ellas, dirigida por
Leon Hirszmnan en colaboración con
la psiquiatra Nise da Silveira (partidaria de métodos creativos como alternativa
a la lobotomía y electroshock) resulta un tanto inquietante, claro que no tanto
como el film de Lemaître, Le film est
déjà commencé?, en el que los espectadores participarían del espectáculo
recibiendo el polvo de varias alfombras sacudidas en la planta superior y cubos
de hielo.
Nadie ha dicho que el arte de la provocación sea
tarea sencilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario