domingo, 14 de octubre de 2012


LA INCREDULIDAD DEL ARTE:
Ana Domínguez Sánchez
Espectros, de Antonin Artaud. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).

Antonin Artaud nace en Marsella  (1896-1948, Francia), sufrió una meningitis durante su infancia lo que le provocaría  secuelas que  le acompañarían toda su vida. La enfermedad marcaría toda  su obra. En 1920, se traslada a París,  donde pasara a formar  parte de la corriente surrealista de André Breton. Su producción artística se centra en la poesía y más tarde guiones cinematográficos. Aunque también se cultivo como actor de cine francés  y realizó montajes de teatro experimental. En los últimos años de su vida Artaud, estuvo recluido en clínicas psiquiátricas, como consecuencia de fuertes depresiones, hasta que sacado por sus amigos marchó a París, muriendo tres años después en un asilo. 

Para entender bien la obra de Artaud es necesario conocer bien su historia y cómo la enfermedad, le aleja del mundo cotidiano pero le acerca a la genialidad del propio arte.
La exposición al principio resulta confusa e incluso caótica, pues mientras ves recortes, pinturas o fotografías se oyen proyecciones en francés  aparentemente sin sentido. Artaud con su obra pretende traspasar los límites del propio lenguaje. Durante la muestra, se puede observar la influencia de Artaud en grandes autores como Isidore Isou o Mourice Lematre. Éste último, basa toda su producción en la relación de entre imagen y sonido manifestada en Artaud. En la obra Espectros, de algún modo se intenta perpetuar el pensamiento  del “espectro de Artaud” ya que la exposición, hace invitarte a descubrir la importancia de evolucionar  continuamente dentro del arte. Y qué lugar ocupa el propio arte en los espectros de Antonin Artaud. El autor nos pregunta constantemente sobre ¿imagen o sonido? Con su afirmación “por mucho que lo intentemos el oído siempre oirá el sonido de la sala, mientras que el ojo percibe lo que sucede en el lugar distinto de la sala” el autor recoge la intención de sus piezas, nuevas formas de comunicarse. Es el iniciador de una “revuelta artística” sobre la concepción y transmisión del propio arte de los años cincuenta. Con sus obras “El teatro y su doble” y con “Manifiesto del teatro de la crueldad”, se expande definitivamente su pensamiento por toda Europa y algunas zonas de América.

Por último, se puede observar que la realidad que plantea dentro de la obra, es la de que la imaginación no es solo fantasía, sino que pertenece al mundo tangible. Pues lo real del mundo es la unión que existe entre la obra y el propio espectador. Esta es la idea de arte que Artaud y la de  muchos compañeros y artistas que se unieron a este movimiento, denominaron el “happening”. Es esto lo que revoluciona en los años cincuenta al mundo entero durante el  arte moderno. Aquella locura de un hombre que por entonces parecían solo palabras, es hoy en día un modelo artístico para seguir. Además es una lección de que el arte está oculto, incluso en aquellos que  no siempre nos gusta mirar.

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