martes, 9 de octubre de 2012

¡Sapere aude!


Charles Sandinson el artista escocés afincado en Tampere, Finlandia  expone en la Galería Max Estrella de Madrid su obra más actual Nature Morte para la cual  ha usado toda la galería,  algo insólito desde hace ya más de un lustro pero que lo requiere el autor que esta acostumbrado a proyectar su trabajo en grandes espacios como en el foro romano o en la fachada del Grand Palais en París como parte de la exposición: Dans la nuit, des images. Création et numérique visuelle en Europa en el 2008

El tema de la exposición es la trayectoria de las palabras y su formación.
 La obra esta compuesta por cuatro obras hechas digitalmente con proyectores; la primera es una proyección de símbolos y números formando en la imaginación de cada persona imágenes o alusiones. Al fondo del pasillo se muestra la segunda que es la que más gusta porque es la más divertida, es  como una especie de  rompecabezas donde el espectador tiene que averiguar el mensaje al que te llevan las palabras, además te sientes dentro de la obra, tú formas parte de ella mientras la observas y luego reflexionas sobre lo que te ha trasmitido el mensaje y te engancha,  te hace investigar un poco más sobre el origen del hombre, la  evolución, la selección en relación al sexo, sobre Darwin y su vida, la época en el que vivió, como fueron acogidas sus ideas, la importancia del año 1871.  Estas reflexiones y el ánimo que te produce por informarte sobre estas ideas  es algo lúdico a diferencia de las otras obras que al observarlas no te llegan a producir tal placer estético, no te inducen tanto a saber  como con esta obra, por eso es la más importante de la exposición y a la que más espacio se la cede.
La tercera obra se trata de la formación de una estructura por palabras, números, letras, todo de  colores  mezclado y en continúo movimiento que a primera vista  puede resultar caótico pero si se fija uno bien puede llegar a intuir que las palabras y la estructura tienen un sentido, una armonía, un mensaje, todo ello forma un código.  Por último la cuarta obra es la una calavera humana formada por palabras vibrantes de colores que la hacen evolucionar con el movimiento.

Para finalizar hay que decir un aspecto negativo de la exposición y es que es cansina,  El nacimiento del lenguaje que es la pieza más interesante y curiosa de las obras expuestas, la terminas aborreciendo. El estar quieta de pie observándola tanto tiempo te produce tal desgate físico por su lentitud y pesadez que la impresión que te da la obra se debilita al igual que el ánimo de seguir vislumbrándola.  He puesto como ejemplo esa obra porque es en la que más rabia te da que ocurra esto, ya que es la más fascinante, pero con las  otras obras ocurre lo mismo. La única que se podría salvar de esta crítica es la de la calavera pero su posición tan hundida te produce el mismo efecto.

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