CEBOLLAS DE LADRILLOS VACUOS DE VIDAS
INFINITAS
por Estefanía Pinochet
Nature Morte
de Charles Sandison
Galería Max Estrella, Madrid
Explosión absoluta de emociones que se cuecen en lo más profundo
de las entrañas, hierven y efervescentemente transcienden a un alma leve y
púdica. Palabras que metamorfosean para expiar pecados que nunca cometieron,
esfuerzo magnánimo de diminutas letras que transmiten sin cesar sin que nos
demos siquiera cuenta. Ahí están, sólo son palabras huecas y desprovistas de
contenido, meros ladrillos, como magistral actor transmitiendo un sentimiento u
otro dependiendo del vestuario, el escenario, el contexto, el conflicto.
Mas la palabra siempre fue así, mera herramienta para
escribir el soneto más bello o el insulto más hiriente.
Charles Sandison (Haltwhistle, Reino Unido 1969) es un
artista digital que explota el algoritmo de dinámica molecular para crear un
universo de sensaciones improbables. A
pesar de la tecnología moderna, el artista escocés ha querido mantenerse fiel a
la palabra como elemento y al algoritmo como vehículo. Tardó años en decidir
integrar el color y disfruta de la vaguedad que pueda inspirar su obra. Nosotros
le imbuimos el sentido y entretejemos los conceptos y formas.
Una de las genialidades de Sandison es el tamaño del pequeño taller finés donde crea su obra. Asegurándose así que parte de la belleza se encuentra en la maleabilidad y adaptación absoluta a la arquitectura, como cuando utilizó toda la fachada del Palacio de Comunicaciones de Madrid como lienzo en La Noche en Blanco de 2007.
Una de las genialidades de Sandison es el tamaño del pequeño taller finés donde crea su obra. Asegurándose así que parte de la belleza se encuentra en la maleabilidad y adaptación absoluta a la arquitectura, como cuando utilizó toda la fachada del Palacio de Comunicaciones de Madrid como lienzo en La Noche en Blanco de 2007.
La exposición en la galería Max Estrella se compone de
cuatro obras, todas con su propio proyector, excepto ‘The Origin of the
Species’ (El origen de las especies) que
consta de cinco proyectores. Esta obra proyecta palabras del libro homónimo de
Darwin en una habitación vacía cargada de ligereza gracias a las blancas
palabras. Como luminosas hormigas blancas, las palabras construyen conceptos en
forma de grandes vocablos que se hacen y deshacen a voluntad de los minúsculos
seres que los componen. La evolución del lenguaje se funde con la inmersión,
haciéndonos sentir cual Dios omnipresente y protector del hormiguero o cual
océanide bajo las corrientes acuáticas de las Islas Galápagos. Sea cual fuere
el escenario que le embargue el espíritu, la regia paz invade al igual que la
musicalidad del silencio hasta el punto de confundirse con el sonido del las
espumosas olas.
Sin embargo, Sandison no sólo nos deleita con palabras, sino
también con símbolos y varias secuencias casi cinematográficas como podemos
sentir en ‘Quantum Foam’ (Espuma cuántica)
donde tal cual sangre sana va infectándose de un cáncer, la temporalidad
cambia. ‘Butterfly’ (Mariposa) hace
alusión a un tótem cambiante. Finalmente, la pieza que da nombre a esta
exposición yace en los ojos del contemplador. Todos veremos una calavera
hacerse y deshacerse, aludiendo desde Yorick a Damien Hirst, como dijo Saussure
“el punto de vista crea el objeto.”
Pesada pero ligera, una mudez abrumadoramente musical, una
obra fabricada de algoritmos que a su vez están construidos de leyes
matemáticas, físicas y químicas. Saborear cada capa de esta cebolla es un
verdadero placer.
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