martes, 9 de octubre de 2012

La paleta de las palabras.


Andrea Sanz Sáez.

Nature Morte. Charles Sandison.
Max Estrella.

Como ya hemos podido comprobar en otras ocasiones, Sandison nos deleita con su obra con una mezcla de luces, colores y formas. Al igual que tampoco es una sorpresa que estemos invitados a participar en un juego donde palabras simples y asequibles, que de forma aislada carecerían de sentido, cobran fuerza e intensidad tratando de inmiscuir al espectador en la pieza. Estas palabras son las que fundamentalmente componen el trabajo de Charles Sandison; a través de ellas nos muestra un arte conceptual, del cual ya Marcel Duchamp afirmaba que lo importante no era el objeto artístico sino el concepto,  y donde Sandison trata de buscar una reflexión por parte del público introducida gracias a los términos que expone; idea eminentemente similar a los proyectos que Jenny Holzer dio a conocer en 1975.

En el 2007 se pudo disfrutar de la obra de Charles presentada en La Noche en Blanco de Madrid, donde exhibió una impresionante visión del Palacio de Correos a la que no estábamos acostumbrados. Quizá por la falta de hábito, las dimensiones de la obra o simplemente por lo especial de esa noche para los madrileños aquella fue más imponente que la que podemos ver estos días.

En esta ocasión entramos en la galería Max Estrella. Tras cruzar un patio interior creyéndonos Eduardo Noriega en aquella película ambientada en Sevilla, sabiendo a grandes rasgos qué nos espera en el interior, pero no con certeza qué ocurrirá después. Pues bien, el escocés hace una reflexión acerca del lenguaje como producto de la evolución. Gracias a unas palabras suspendidas en el fondo blanco de la pared a las que otorga movimiento y cambios cromáticos consideramos si el lenguaje influye en la evolución; para ello, Sandison nos traslada al comienzo de la vida con algo parecido a unas mínimas bacterias en un principio, pero cómo no, en realidad son palabras, letras o números. Para más insistencia hace una alegoría al texto de Charles Darwin (Sobre el origen de las especies) colocando palabras sueltas sin sentido aparente. La obra al completo está creada gracias al diseño de un programa de ordenador concebido por nuestro autor que ofrece vida propia a la obra, tachando entonces el caos que primeramente podríamos experimentar al pensar que no existe conexión entre las formas, el movimiento, los colores o las palabras. 

Y cuando se termina la vida, se da paso a la muerte. Una muerte que todo se lleva y atrapa de modo avaricioso y sin compasión por estratos o clases, como ya dejó claro Manrique; y que más tarde, expande y reparte esa vida que se había llevado a no se sabe donde. Ésto es lo que representa Sandison en forma de calavera llena de términos que sobrecogen. Por otro lado, es una verdad indiscutible que el lenguaje está en continua evolución y adaptación a los usos que nosotros mismos le damos. 

Suscribiendo a Cicerón: "la observación de la naturaleza y la meditación han generado el arte". ¿Meditación? Cómo seríamos capaces de elaborar un pensamiento con sentido si no es gracias a las palabras; a través de fogonazos de ideas tal vez. Una última reflexión; con el título de la obra, ¿nos quiere decir que las palabras son naturaleza puesto que evolucionan, pero muerta porque carecen de vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario