LA
BELLEZA DE LO HORRIBLE
P.
Victoria García Rodríguez
“Espectros
de Artaud”
Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía (edificio Nouvel)
En
el edificio Nouvel se encuentra actualmente una importante
recopilación de artistas del mundo influenciados por el gran Antonin
Artaud, nacido en París en los años 50 y conocido más bien por su
obra literaria y teatral que por su obra en el campo de las artes
plásticas.
Los
artistas que exponen sus obras aquí se caracterizan por acercarse al
arte de una manera diferente, centrándose en su lado absurdo e
irreal por lo que se apartan totalmente de convencionalismos y
provocan al espectador a través de la negación y la destrucción de
las normas básicas de diferentes disciplinas: la poesía, el cine,
el teatro y la fotografía.
El
poeta Isidore Isou , fascinado por el dadaísmo, rompe todos los
esquemas del lenguaje, fundando en los años cincuenta un movimiento
que daría mucho que hablar y al que se unirán numerosos artistas de
Francia, Estados Unidos y Brasil. Para “entender” su obra,
completamente inusual, abstracta y surrealista, cabe mencionar antes
de nada, los nueve años de vida que este autor pasó en un
psiquiátrico. Muestra un odio manifiesto por técnicas como el
electroshock y alude a que los médicos confundían su arte con
locura.
Empezando
por el séptimo arte, se proyecta en la sala la película “Traité
de bave et d'éternité” perteneciente al género del cine
discrepante que consiste en la separación de la palabra y la imagen
aludiendo a la impotencia de la imagen en comparación con el poder
de la palabra y utilizando planos girados 180º grados, y
alteraciones en la imagen. Esta película fue premiada en el Festival
de Cannes, criticada por algunos y defendida por otros, entre ellos
Jacques Cocteau. Maurice Lemaître crea algo parecido criticando de
forma brutal el cine convecional de esa época . Esto de lo original
es muy interesante únicamente en Artaud y sus cuadros repletos de
simbolismos, formas geométricas..creando un nuevo concepto de
vanguardia, siempre con el eslogan de “Nunca real y siempre
verdadero”. Pasa a ser aburrido y repetitivo en la presentación de
numerosos cuadros hipergráficos que unen lo visual y lo verbal de
Gabriel Pomerand. A medida que vamos avanzando por las salas va
subiendo el nivel de surrealismo y locura del arte, y se busca la
belleza de lo grotesco, polémico y caótico.
La
“Escuela de Artaud” llega hasta un colegio americano: el Black
Mountain College. Allí se juntan artistas variopintos como John Cage
(“Obra teatral 1”), el pianista David Tudor que colabora con el
anterior, la escritora Marie Caroline Richards... las fotografías de
la profesora Hazel Larsen Archer, todas en blanco y negro y con un
increíble poder de expresión, denotan la expansión de la
vanguardia en territorio americano.
La
corriente también llega a brasil de la mano de Lygia
Clark, Ferreira Gullar o Hélio Oiticica
y la creación de poesía abstracta y cubismo en pintura. Además
salen a la luz movimientos antipsiquiátricos debido al internamiento
de Isou y Artaud documentados a modo de epílogo con entrevistas.
Me
quedo con el legado vanguardista de estos maestros de lo abstracto,
aunque se nota el artificio de algunos.. pero como decía Baudelaire:
“Esta
vida es un hospital en el que cada enfermo está poseído por el
deseo de cambiar de cama”.
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